Cinco obispos en la celebración de San Pedro de Osma
Esta mañana han tenido lugar en El Burgo de Osma los actos con motivo de la festividad de San Pedro de Osma, patrono principal de la diócesis de Osma-Soria y fundador de la villa episcopal de El Burgo de Osma.
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Este año, la celebración ha tenido especial significación por iniciativa del obispo Abilio Martínez Varea, que ha considerado oportuno recordar que se cumplen 20 años desde la clausura del último sínodo diocesano.
Para hacer “memoria de lo que significó el referido sínodo para la diócesis y la virtualidad que todavía contiene”, el obispo diocesano invitó al arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, a pronunciar una conferencia, que ha tenido lugar en el salón de actos del Seminario, sobre el tema “El sínodo diocesano de Osma-Soria (1994-1998). Memoria. Camino. Compromiso”.
A las 12:30 ha salido la procesión con la imagen más moderna del santo, a la que ha seguido la misa en la catedral, presidida por el obispo Abilio, y concelebrada por sus últimos predecesores en la sede oxomense: Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Toledo y primado de España; Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela; y Vicente Jiménez Zamora, arzobispo de Zaragoza; toda vez que a su inmediato predecesor, Gerardo Melgar Viciosa, actual obispo de Ciudad Real, le ha sido imposible asistir por causas de fuerza mayor.
Concelebró, también, el burgense Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón.
Como es tradicional, también estuvieron presentes el abad y parte de la comunidad de monjes de la comunidad benedictina de Santo Domingo de Silos, con la que el Cabildo de la catedral de Santa María de Osma tiene hermandad y concordia.
El alcalde de El Burgo de Osma, Jesús Alonso, ha hecho hincapié en la condición de San Pedro de Osma como “fundador de la villa de El Burgo de Osma en 1101, hecho que debiera estar presente en la memoria de los burgenses”. Alonso calificó a San Pedro de Osma como “uno de los personajes más notables de la España de finales del siglo XI y principios del XII”.
No quiso el alcalde dejar de recordar el conocido hecho, ocurrido a las 11:40 horas del día 2 de agosto de 2010, cuando “una de las campanas de la torre de la catedral que estaba volteando por la fiesta cayó a la plazuela de la torre sin que causara daños personales