Carlos Núñez entusiasma al público adnamantino
Carlos Nuñez ha protagonizado una apoteósica noche en Almazán para celebrar la II Velada de Música Tradicional Mustral.
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El famoso instrumentista de primer nivel mundial ha entusiasmado al público adnamantino que ha llenado la amplia Plaza Mayor.
En una noche inmejorable, climatológicamente hablando, con la que arrancaba los Conciertos de verano en la Villa, el músico vigués se entregó a un público que llenaba el aforo instalado por el Ayuntamiento, en cumplimiento de la normativa Covid 19.
Un concierto gratuito que llenó de ritmos celtas, pero que ofreció en sus más de 90 minutos una vuelta al mundo por tierras gallegas, lusas, navarras, irlandesas, con una particular homenaje a Beethoven desde un sonido limpio, rotundo y enérgico.
Durante el recital, quiso contar con la colaboración de los dulzaineros locales Soplagaitas, que desde diferentes ubicaciones contribuyeron a esta mágica noche.
El público, cumpliendo las medidas de seguridad, pudo disfrutar del sonido de las gaitas, flautas, de la trikitixa de Itsaso Elizagoien y del violin de Jon Pilatze, músico canadiense de The Chieftains incorporado en la gira de Carlos Núñez.
El músico gallego se mostró gratamente sorprendido por la amplia apuesta cultural de Almazán y por el impulso a la música tradicional.
Como bien dice en su disco A Irmandade das Estrelas, Las estrellas cuentan todas las historias del mundo, son nuestras leyendas escritas con minio en las láminas de la noche, y que en la noche adnamantina quedarán para el recuerdo.
Con anterioridad, se había puesto punto y seguido al exitoso Certamen de Teatro Aficionado Tirso de Molina con la ceremonia de entrega de premios, que contó con la participación de artistas como la actriz Tatiana Ramos y la cantante Cardelina.
El jurado otorgó el premio a la mejor obra a Heridas de la compañía Youkali Escena, dotado con 3000 euros, la segunda mejor obra, con un premio de 1500 euros, a Cantando bajo las balas de Stres de Quatre y como mejores actriz y actor a Prado Amor (por Maison Close, de la compañía Paraskenia Teatro) y a Jordi Tamarit (por Cantando bajo las balas).
Asimismo, mejor escenografía recayó en la compañía Youkali Escena por Heridas y la mejor dirección en Javier Bermejo por la obra Dos actores, de la compañía Esparabán Teatro.
