Una España ferroviaria que te hiela el corazón
DEJADA ESCRITO para la eternidad Antonio Machado en su obra “Campos de Castilla” un proverbio que sigue teniendo actualidad: El de las dos España, una de las cuales “ha de helarte el corazón”.
Un siglo después España sigue dividida entre una que progresa, que quiere emerger al albur de la modernidad, y la otra, que se resiste a cambiar o, como en el caso de Soria, está olvidada por las principales administraciones. Sólo hay que centrarse en materia ferroviaria para comprobar que mientras el AVE llega a León y Palencia, con ofertas promocionales de 15 y 20 euros -de lo que nos alegramos-, Soria sigue marginada en materia ferroviaria, con un servicio más propio del siglo XX (Su precio es de 25 euros, toda una paradoja). La legislatura que termina ha sido tiempo perdido para solucionar de una vez por todas el déficit ferroviario que sufre Soria y sus ciudadanos desde hace años. Sin inversiones, sin estudio sobre la solución definitiva y sin compromiso cierto y firme se han pasado los años. Soria, que iba a ser la primera capital de Castilla y León en estar conectada al AVE, se ha quedado definitivamente descolgada de esta infraestructura que marca la modernidad y, lo que es todavía peor, aplaza una solución para los usuarios de este servicio que contribuyen con sus impuestos al progreso de otros territorios. Después de polémicas sobre la rentabilidad de la lanzadera de Soria-Calatayud -qué servicio público es rentable en Soria-, el servicio ferroviario sigue languideciendo en la provincia, sin encontrar un encaje, por lo visto, en el mapa de tráficos de Renfe.