El Ayuntamiento y su particular Plaza Mayor
Abría el alcalde la legislatura en la que nos encontramos con un discurso en el que apelaba a la opinión de Antonio Machado sobre la política, en la que aconsejaba hacerla y desdeñar la política mala, “que hace trepadores y cucañistas sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes” y reclamaba a su vez una Soria que se indigne ante las injusticias.
En esas estamos cuando hemos conocido un nuevo episodio donde el máximo representante de los sorianos ha decidido adjudicar “a dedo” la edición de la revista municipal “Plaza Mayor”, a riesgo y ventura de su propia valoración, lejos de los principios de transparencia e igualdad que exige una contratación en la Administración y por la que debería velar. Así lo ha dejado claro el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas que ha señalado que los principios de igualdad de trato y no discriminación implican una obligación de transparencia que se traduce en la “obligación de garantizar a todo licitador potencial, una publicidad adecuada que permita abrir a la competencia el mercado de servicios y controlar los procedimientos de adjudicación”. No es de extrañar que la personal decisión haya causado malestar entre las empresas del sector, que tributan en Soria como la que más pero que se han visto excluidas de una posible competencia en la adjudicación de un contrato para un servicio municipal. La decisión, por lo demás, choca frontalmente con la regeneración democrática que exigen cada día más los ciudadanos y que el propio alcalde ha defendido en más de una ocasión en esta legislatura.