Cuando se empieza la peotonalización por el tejado
El aplazamiento de la aprobación en el pleno municipal del pliego que
debe regir la adjudicación de las obras y gestión del parking de
Mariano Granados es un episodio más de lo que no debe hacer una
corporación que se precie de ser mínimamente responsable.
Los asuntos que configuran un pleno deben ir lo suficientemente estudiados y consensuados como para garantizar que salen adelante y evitar luego el juego de las mutuas descalificaciones a las que nos tienen acostumbrados, desgraciadamente, los partidos políticos y, en especial, quien tiene la responsabilidad de gobernar. La peatonalización del centro de la ciudad -un proyecto deseado por todos los partidos políticos y buena parte de los colectivos sociales de la ciudad- debe contar previamente con todos los estudios necesarios e imprescindibles, entre ellos el de trafico, para conocer la oportunidad de los alternativas planteadas y replantear otras posibles soluciones, más teniendo en cuenta que la plaza de Mariano Granados redistribuye el 70 por ciento del trafico rodado en la ciudad. En este proyecto -que viene dando vueltas en la corporación desde los primeros años de la década de los noventa- es preciso una decisión consensuada, pero también documentada y con las suficientes pruebas previas a cualquier obra de esta envergadura para conocer la influencia de la peatonalización en el tráfico de la ciudad. Antes de hacer agujeros, hay que tener las cosas claras. Y después, hay que tomar una decisión. Hacerlo al revés, sería una temeridad que podría condenar a la ciudad, y a sus ciudadanos, al caos.
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