Cuando cada vez estamos más incomunicados
Alrededor de doscientos ciudadanos, entre ellos representantes de
colectivos sindicales, empresariales y asociaciones vecinales, de la
mano de la Plataforma Soria Ya, denunciaban el domingo la reducción de
servicios en la línea de transporte por carretera que une Soria con la
capital de España y Logroño y Pamplona, un paso más en el progresivo
aislamiento que sufre la provincia, merced a seguir desconectada de las
vías de gran capacidad.
Todos los colectivos, partidos y administraciones locales deben exigir a los responsables que se tomen las medidas necesarias para restituir los servicios clausurados que, con la penosa situación que arrastra el ferrocarril, condenan a la provincia al ostracismo. Este nuevo paso pone en evidencia que los compromisos del PAES se han diluido en el tiempo y que el plan, lejos de acelerar plazos, lo único que está sirviendo es como instrumento propagandístico. Porque si el Gobierno de España quiere terminar con el déficit histórico que padece Soria en materia de infraestructuras y transportes, tendría que acortar los plazos de ejecución, en lugar de alargarlos a tres y cuatro años; porque el Gobierno de España, si cree en el futuro del ferrocarril, debería apostar por una mayor inversión pública, en el que tendría que incluir la lanzadera Soria-Calatayud y la estación intermodal en El Cañuelo; porque si el Gobierno cree en la vertebración territorial tendría que considerar de forma destacada la superficie, como acaba de concluir la fundación de las Cajas de Ahorro, a la hora regular el reparto de las inversiones en las comunidades.
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