Conductor alérgico, ¿peligro al volante?
Esta semana se celebra el Día Mundial de la Alergia, una patología que afecta a más de 400 millones de personas en todo el planeta y que puede llegar a condicionar múltiples aspectos de la vida. El último análisis de Acierto.com, revela que hasta dos de cada cinco alérgicos reconocen que la alergia merma incluso sus capacidades al volante.
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Así, las cifras a las que ha tenido acceso el comparador de seguros de coche indican que entre el 2 por ciento y el 5 por ciento de los accidentes con heridos están relacionados con alergias respiratorias.
El 2 por ciento de estos incidentes fueron mortales.
Además, los alérgicos tienen hasta un 30 por ciento más de posibilidades de tener un accidente que el resto.
Encadenar varios estornudos equivale a retirar la atención de la carretera entre 20 y 30 segundos o, lo que es lo mismo: recorrer alrededor de 100 metros a ciegas, un tiempo más que suficiente para sufrir un accidente, aunque esta distancia dependerá de la velocidad a la que viajemos.
El lagrimeo también nos induce a rascarnos los ojos y reduce nuestra capacidad de visión, un sentido muy importante en la carretera. Por no hablar de que estaremos soltando el volante (o el manillar en el caso de los motoristas) para hacerlo.
Y si bien los antihistamínicos pueden ser una solución, muchos medicamentos para la alergia pueden producir efectos secundarios como somnolencia y mareos, entre otros.
Es el caso de la difenhidramina, la miquitazina, la prometacina, la cetrizina y otros.
De hecho, y tal y como apunta Acierto.com hasta el 40% de los pacientes con rinitis alérgica aseguran padecer también somnolencia durante el día, con las consecuencias que eso implica. Esta somnolencia puede verse agravada al principio del tratamiento o tras la ingesta de alcohol.
A todo esto hay que añadirle que el 35 por ciento de los pacientes no recibe un diagnóstico y tratamiento óptimo.
Y que solo uno de cada cinco afectados se pone en manos de un especialista.
El resto, o no se trata, se automedica o recurre a las recomendaciones de sus allegados; de hecho, la mayoría confía en las recomendaciones de su farmacéutico y prefiere acudir a él antes que al médico. Además, el 80% de los alérgicos experimentan dificultad para dormir y fatiga durante el día. Otro gran enemigo al volante.
Cómo evitar los peligros de conducir con alergia
Otras recomendaciones son extremar la higiene dentro del vehículo, en especial si hemos tenido parado el coche durante mucho tiempo durante el estado de alarma.
Limpiar los filtros del aire acondicionado y la tapicería será clave.
Evitar el tabaco dentro del vehículo, los ambientadores, lavarse bien manos y ojos antes de emprender la marcha, y circular con las ventanillas subidas también resultan de ayuda. Así como consultar los niveles de polen, evitar las horas de mayor acumulación (como el amanecer) y usar gafas de sol reflectantes.
Un buen paliativo es hacerse con un filtro de aire especial para combatir el polen. A estos filtros se les conoce como filtros HEPA de alta eficiencia o antipolen. Eso sí, deben mantenerse en buen estado y sustituirlo cada seis o doce meses (en caso contrario perderán su eficacia).
Por supuesto, si estamos bajo los efectos de una medicación que pueda interferir en nuestros reflejos o, sencillamente, cansados porque no hemos descansado bien, lo más recomendable es utilizar otro medio de transporte o, sencillamente, no conducir. En cualquier caso, para tomarla, lo más importante es que el paciente acuda al médico, sobre todo si es conductor habitual.