Rio Duero retorna a Superliga frente a Arenal Emevé

Fotografía: María Morales

Sin tiempo para digerir las emociones del pasado fin de semana, cuando el equipo celeste logró el título de Copa del Rey, llega un examen de nivel para los locales con la visita de los lucenses, un equipo que pelea estar en el play off por el título y que también participó en la competición copera.

La resaca emocional de los sorianos, el gran nivel demostrado en esta temporada por los lucenses y el escaso margen de error que concede la pelea por la segunda plaza en la Superliga Masculina, obligan a remarcar la importancia del encuentro de esta jornada para los pupilos de Alberto Toribio.

Probablemente, las excelentes sensaciones de juego y la ambición del equipo soriano sean su mejor aliado para centrarse lo antes posible en el encuentro.

Los celestes han celebrado como la ocasión merecía la Copa, pero también tienen ganas de seguir teniendo las sensaciones que les transmite la cancha y el sabor de la victoria.

El problema es que el cuadro de Lugo amenaza con bajar a Río Duero Soria de las nubes, pues no será un partido que se pueda jugar a medio gas.

De hecho, en la pasada Copa del Rey, aunque los gallegos fueron doblegados con contundencia por CV Guaguas, mostraron varias armas a tener en cuenta, si bien jugaron condicionados por la ausencia de su opuesto Linares, uno de sus puntales, que de jugar en Soria, podría ayudar a elevar la confianza y por tanto prestaciones de Emevé.

Claro que no es el único quebradero de cabeza de Alberto Toribio y su plantilla, pues Víctor Bouza, viejo conocido de la afición soriana, junto a los centrales y el resto de efectivos, son capaces de ofrecer muy altas prestaciones.

Así, en el último encuentro de la Liga regular, Arenal Emevé cayó derrotado por 2-3 ante Leleman Conqueridor Valencia, lo que evidencia que son capaces de pelear por la victoria ante cualquier conjunto, a pesar de que los 31 puntos de Linares no fueran suficientes para que Emevé se llevase el triunfo.  

El peligro del rival es evidente, como también está claro que Río Duero Soria no ha trabajado el encuentro con su rutina habitual, algo que bien merece la pena por los motivos, pero que obligará a un esfuerzo máximo de concentración y mentalización.

A buen seguro que los sorianos lo trabajarán y lo pelearán, y en esa búsqueda de la victoria no estarán solos, espoleados por una afición que, como siempre, arrimará el hombro.

Las consignas del juego soriano seguirán siendo las mismas, tratando de aprovechar el compromiso de cada uno de los jugadores para elevar las prestaciones del conjunto del grupo.

La victoria copera acredita sin ningún tipo de subjetividad su potencial, al que tendrán que apelar para seguir dando pasos de cara a la consecución de la segunda plaza.