Más jóvenes prefieren estudiar FP, según subraya la Junta
El número de jóvenes de Castilla y León que cursa Formación Profesional tras la ESO o el Bachillerato ha aumentado en la Comunidad.
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La Junta de Castilla y León, tal y como anunció el presidente Alfonso Fernández Mañueco en su discurso de investidura, se ha marcado como uno de sus objetivos prioritarios potenciar los estudios de Formación Profesional en Castilla y León.
Por ello, la Administración autonómica ha mejorado el atractivo de la FP, produciéndose un incremento en la demanda por parte de los estudiantes que finalizan la etapa obligatoria y también por aquellos que terminan sus estudios de Bachillerato.
Los consejeros de Empleo e Industria, Germán Barrios, y Educación, Rocío Lucas, han presidido esta mañana el Pleno del Consejo de Formación Profesional de Castilla y León, donde han presentado las actuaciones realizadas en ambas áreas durante el curso 2018-2019, dentro del Plan General de Formación Profesional 2016-2020.
En el curso 2018-2019, Castilla y León desplegó una oferta de enseñanzas cercana a las 42.000 plazas de Formación Profesional distribuidas en 120 títulos, correspondientes a 22 familias profesionales: 15 de FP Básica; 40, de Grado Medio y 65, de Grado Superior.
Además se han ofertado 20 titulaciones de FP a distancia, correspondientes a nueve familias profesionales -cinco de Grado Medio y 15 de Grado Superior-.
Un total de 196 centros educativos están impartiendo ciclos formativos, el 67 % de ellos pertenecientes a la red pública. Asimismo, la Consejería de Educación ha actualizado el mapa de oferta de FP, pues 14 centros educativos iniciaron la implantación de nuevas enseñanzas en el curso escolar 2018-2019 y se ha realizado un cambio de oferta en otro centro al objeto de diversificar la oferta y atender la demanda de cualificaciones profesionales del entorno.
La implicación activa de los dos departamentos en la ejecución de las iniciativas previstas en este documento pretende garantizar una conexión adecuada y efectiva entre los sistemas de Formación Profesional inicial y de trabajadores ocupados y desempleados, con el objetivo último de atender mejor las demandas de cualificación emergentes y las necesidades reales del tejido productivo.
Se trata, como han subrayado los dos consejeros, de vincular las políticas formativas con las de empleo para favorecer tanto la generación de más puestos de trabajo y de mayor calidad, como la mejora de la competitividad empresarial.
Empleo e Industria ha invertido 73,1 millones en diferentes programas incorporados al Plan General de FP.
Las principales líneas desarrolladas por esta Consejería se centran en la formación para desempleados y ocupados y en el aprendizaje en alternancia con el desempeño de un trabajo.
Dentro del primer capítulo, Germán Barrios ha destacado los cerca de 34,5 millones de euros destinados el pasado año a financiar las acciones de cualificación y orientación para impulsar la empleabilidad de las personas que no tienen un puesto laboral. A ellas han accedido 16.605 parados de la Comunidad.
De esta cifra, más de 12.700 han obtenido una beca para hacer frente a los gastos derivados de la realización de estas actividades.
Alrededor de 16,5 millones de euros se han dirigido a promover la FP Dual con el fin de mejorar la aplicación de competencias profesionales y favorecer la transición desde los centros formativos a los productivos. Un total de 1.369 personas ha participado en los Programas Mixtos de Formación y Empleo -incluidos jóvenes inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil- o se ha acogido a los contratos para la formación y el aprendizaje y en prácticas.
En tercer lugar, el consejero ha subrayado los más de 10,8 millones de euros dedicados a sufragar los itinerarios de orientación, formación e inserción, que han alcanzado la cifra de 2.895 beneficiarios durante el pasado ejercicio.
A través de esta iniciativa, se ofrece un servicio individualizado e integral de información y asistencia al empleador, con el reto de conocer los perfiles profesionales más demandados por los empresarios y lograr una intermediación más eficiente.
Además, 15.107 trabajadores han mejorado su cualificación profesional a través de los programas de formación de ocupados, en los que se han invertido casi 9 millones de euros.
Para finalizar, el titular de Empleo e Industria ha puesto de relieve los casi 2,4 millones otorgados para financiar las prácticas de medio millar de jóvenes en empresas de la Comunidad y ha resaltado la importancia de los procesos de acreditación de competencias, con más de 10.000 potenciales beneficiarios.
Por su parte, Rocío Lucas ha señalado que se han potenciado diversas modalidades que permiten alcanzar un mejor ajuste de la formación con las necesidades del tejido productivo -FP Dual, en la que ya participan 63 centros, 420 empresas y alrededor de 800 alumnos-, una mayor penetración de la oferta en el territorio -FP online- o el desarrollo de certificados de profesionalidad -centros de Educación de Personas Adultas (CEPA) del medio rural y las Aulas Mentor-. La consejera también ha subrayado la innovación y la buena relación de los centros con las empresas, con 216 proyectos financiados en el marco del programa Aula-Empresa en 2019, duplicando la cifra del 2015-2016.
Respecto a la internacionalización, se ha desarrollado un consorcio que cuenta con más de 110 centros para facilitar la movilidad de alumnos y profesores dentro del programa Erasmus+. Castilla y León es una de las comunidades que cuenta con un mayor número de becas Erasmus para alumnado de FP, con 290 movilidades para alumnado de Grado Medio y 114 para Grado Superior. Asimismo, la Consejería de Educación está liderando importantes proyectos de alianzas estratégicas con Alemania, Austria, Portugal, Finlandia, Polonia e Italia.
Finalmente, el informe presentado hoy ante los miembros del Consejo de FP señala que se ha mejorado notablemente la coordinación entre administraciones para el desarrollo de la Formación Profesional a lo largo de la vida, con acciones conjuntas como la Acreditación de competencias profesionales adquiridas por experiencia laboral o vías no formales de formación, y el desarrollo de competencias básicas para acceder a la formación para el empleo.
También ha mejorado la participación de los agentes sociales, al incorporar el Plan General de Formación Profesional en la II Estrategia Integrada de Empleo, Formación Profesional, Prevención de Riesgos Laborales e Igualdad y Conciliación en el Empleo, así como en el marco de los acuerdos del Diálogo Social.