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Numancia, todo un sentimiento

Poco dinero, mucha afición. Lo confirman las estadísticas. El Numancia es de los clubes de Segunda con mayor respaldo social de la ciudad que les acoge.

El Numancia espera alcanzar el objetivo de los 4.500 socios en la segunda jornada ante el Elche el próximo 6 de septiembre. Ya son 4.200 sorianos los que han formalizado su abono, un acto de fidelidad y compromiso  con unos colores que tiene en el Numancia a uno de los clubes españoles que acapara mayores sentimiento de identificación.
Con los datos oficiales de población de las ciudades con clubes de Segunda División en la mano y las cifras de socios que refleja la Liga de Fútbol Profesional (LFP) de la temporada pasada, El Numancia de Soria puede presumir de ser uno de los equipos que tiene más masa social en función del censo poblacional de su ciudad. El 11,5 por ciento de los 39.078 empadronados en Soria-capital son socios numantinos, un porcentaje sólo igualado por históricos del fútbol español como el Recreativo de Huelva y la Real Sociedad. El Cádiz capta el 9,4 por ciento de los habitantes de la Tacita de Plata.
El Numancia ha disparado su apoyo en los últimos veinte años. En la temporada 1988-89, la del ascenso de Tercera a Segunda B, el club soriano tenía 700 socios; en la temporada 1996-97, la del ascenso a Segunda A, 1.300 socios arroparon al equipo. En la siguiente, se alcanzaron los 2.600 abonados. Y en la 1998-99, la del primer ascenso a Primera, 3.200. Fue esta primera temporada entre los mejores, la que disparó las estadísticas: siete mil abonados en una ciudad de apenas 38.000 habitantes y una provincia de 92.000.
El logro deportivo y social también ha tenido su refrendo en el apoyo económico del Ayuntamiento de la ciudad.
De 3.800.000 pesetas anuales comprometidas por Virgilio Velasco en 1995, “por su implicación en la sociedad soriana y, por ser el mejor exponente de la promoción del fútbol en la ciudad” se ha pasado al rubricado en octubre de 2004 por Encarnación Redondo y José Isla, con 360.000 euros anuales y que, con una vigencia de cinco años, contempla una prórroga por un periodo similar, salvo que exista modificación de las condiciones.