A-11: Langa-Aranda, quince años después
La licitación del tramo Langa-Aranda supone un nuevo paso en la ejecución de la autovía del Duero en Soria. Pero su expediente demuestra la realidad de las infraestructuras en la provincia, que el 28 de diciembre, son una auténtica broma de mal gusto. Este tramo arrastra, ni más ni menos, quince años de retraso sobre su licitación inicial.
La Junta concede más de 13.000 ayudas del "Bono Concilia"
Programa de Navidad en Noviercas
La A-11 es una infraestructura considerada prioritaria por todos los gobiernos pero de la que no se termina de vislumbrar su finalización, para acercar la capital que cantó Machado y Bécquer a la capital de la Comunidad.
El Consejo de Ministros ha autorizado al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a licitar las obras de este tramo, con un valor estimado de 175 millones de euros (IVA no incluido), un presupuesto para una segunda licitación que llega tras quince años de esperar con incremento en el precio –de 64 millones en 2008 a 175 millones ahora-. tras cancelarse las obras del tramo con apenas el 5 por ciento ejecutado.
Por delante quedan 40 meses, según marca el contrato de licitación, para ejecutar una obra que permitirá contar con un tramo continuo de autovía de casi 100 kilómetros, entre La Mallona, a veinte kilómetros de Soria capital, y la variante de Aranda de Duero.
Será ya en 2027, si no hay más contratiempos, cuando los usuarios puedan recorrer este trazado, aunque quedan otro centenar de kilómetros -hasta Valladolid- para completar el recorrido, con los dos tramos en la provincia Valladolid, al 50 y al 25 por ciento.
El anuncio de licitación llega con meses de retraso sobre los que realizó la anterior titular del Mitma, Raquel Sánchez, en la primavera de este año, apuntando que se licitaría antes de concluir el verano.
Historias
La historia del tramo tiene una de sus fechas claves en septiembre de 2008 cuando el Estado adjudicó a la UTE Isolux Corsán Corvian-Zarzuela la ejecución, pero la crisis financiera terminó dando al traste con el esperado, y a las reprogramaciones de obras aprobadas por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero se sumaron las dificultades económicas de la adjudicataria, que terminó declarando suspensión.
Las obras en la autovía del Duero en Soria se reanudaron en 2015, con el Gobierno de Mariano Rajoy, en otros recorridos de la autovía del Duero, pero no pasó lo mismo en este tramo y en 2016 el Estado decidió rescindir el contrato cuando la ejecución apenas llevaba un 4,5 por ciento avanzado y volvió a reiniciar la tramitación para su licitación.
Siete años después se ha autorizado la licitación del tramo, que estará en obras en 2024… si no hay más contratiempos.
El otro tramo “soriano” de la A-11 pendiente de ejecución, el La Mallona-Los Rábanos, uno de los que componen la circunvalación de la capital, sigue en fase de actualización del proyecto.
En 1997, el Ministerio de Fomento dio el primer paso administrativo para convertir en autovía la N-122.
La plataforma Soria ¡Ya! repasó en el último número de su revista “La Numantrina” los retrasos que acumulan los tramos de la autovía del Duero a su paso por la provincia.
Así, el tramo San Esteban de Gormaz-Langa, en servicio desde 2020, acumuló once años de retraso; aunque es el tramo Los Rábanos-La Mallona, uno de los que deben conformar la circunvalación de Soria, el que bate récord de retrasos. Son ya 16 años, según las cuentas del movimiento ciudadano.
La Mallona-Venta Nueva, también en la A-11, se puso en servicio en 2019 con una década de retraso; el Venta Nueva.Santiuste, abierto en 2022, lo hizo con 13 años de demora. Y el tramo Santiuste-El Burgo de Osma, en servicio en 2019, lo hizo con 9 años, y el El Burgo-San Esteban de Gormaz, con 13 años de espera.
La plataforma contrasta estos retrasos con el tiempo en que se tardó en ejecutar el transiberiano, de 9.288 kilómetros. Se hizo en 13 años. O el eurotunel, que se ejecutó en 7 años. O el canal de Panamá, en diez años. La autovía del Duero va camino de los 40 años, cuando los plazos razonables en una infraesstructuras son de 10 a 15 años, según los propios técnicos, en todo su desarrollo, desde los puramente administrativos -proyectos y licitaciones- hasta la ejecución material.
