CARTA AL DIRECTOR/ Las evidencias cientificas del señor Igea

CARTA AL DIRECTOR/ Las evidencias científicas del señor Igea 

“La situación en la que nos encontramos hace imprescindible la toma de decisiones, sobre la mejor evidencia científica, que implican medidas para limitar al máximo del contacto social y evitar que deban aplicarse otras más restrictivas”.

Así comienza la respuesta que, desde el área del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, se está enviando a cada una de las personas que, en este caso, han solicitado la eliminación de la limitación del aforo en los espacios de culto.

Sin entrar a valorar la redacción de la respuesta emitida desde el área del vicepresidente, llama la atención que la restricción en la limitación a un número fijo de 25 personas, independientemente de la capacidad del templo, esté basada en evidencias científicas.

Sería oportuno que el Sr. Igea, junto con el Sr. Mañueco, mostraran los estudios en los que se basan.

En una de las ruedas de prensa, el Sr. vicepresidente ha llegado a decir que durante la Misa hay momentos en los que no se respetan las distancias y que se retiran las mascarillas.

Cualquier persona que se acerca a los templos de Castilla y León sabe que eso no es cierto y que la persona permanece en su sitio hasta que finaliza la celebración.

Son muchos los cambios que la Iglesia ha realizado para cumplir minuciosamente las medidas y al parecer el único que no se ha enterado es el encargado de tomar las decisiones. Como buen médico sabrá que primero hay que observar al paciente para realizar un buen diagnóstico; pues aquí sucede lo mismo, si no observamos bien, diagnosticaremos mal y el problema seguirá existiendo y creciendo.

Sólo le pondré un ejemplo cercano, el de mi propia localidad: Ágreda (Soria). Según las cifras notificadas por la Junta de Castilla y León a través de su página Web, el pasado 16 de enero, día previo a la entrada en vigor de estas restricciones, la incidencia acumulada de esta localidad a los 14 días era de 66,64 y la incidencia acumulada el día 10 de febrero, después de 25 días de restricciones, pasó a ser de 627,89. Analizando estos datos se puede observar que el foco de contagio no son los templos, ni mucho menos el contacto social en ellos.

Le diría que son los lugares que más cumplen las normas y no por el cumplimiento de la norma en sí, sino porque se quiere cuidar y proteger a la persona que entra en ellos.

Hay tantas incongruencias en sus medidas que los ciudadanos empiezan a cansarse. En cualquiera de nuestros templos, independientemente de su capacidad, sólo pueden asistir a un funeral 25 personas; sin embargo, es posible recorrer la comunidad durante horas (con autorización), metidos en un autobús completo y sin distancia de seguridad. Y ya no hablamos de la grabación del programa Prodigios en el que participaron 199 personas.

 Miles de cristianos se quedan cada domingo sin celebrar su fe, pero nuestros hijos continúan en aulas diminutas con sus profesores, y así podría citar muchísimas medidas desproporcionadas e injustas.

Sr. Igea: es inevitable salir a la calle, hay que  trabajar (aquellos que aún conservan su trabajo), hay que llevar a los niños al colegio, comprar alimentos...Lo cómodo y lo fácil sería que nadie saliera de casa como sucedió en los primeros meses de la pandemia; lo difícil es compaginar la vida con este virus y eso sólo se hace con responsabilidad por parte de todos los ciudadanos, y aquellos que no cumplen deben ser sancionados; no es justo que las irresponsabilidades de algunos las paguemos todos.

Su Gobierno está vulnerando derechos fundamentales sin ningún fundamento y lo peor de todo es que no está sirviendo para parar el número de contagios y de muertes.

Insisto pues, Sr. Igea, en que elabore o muestre ese informe científico sobre el contagio en los templos y no se olvide de visitar y participar en una Eucaristía en cualquier iglesia de esta Comunidad. Por cierto… recuerde que sólo entran 25, así que vaya con tiempo para no quedarse fuera.

Fdo: Belén Rubio