San Andrés de Soria y Almarza viven el "tesoro cultural" del traslado del arca
San Andrés de Soria y Almarza han vuelto a cumplir este 6 de enero con el traslado del arca, una tradición con más de siete siglos a sus espaldas y que se ha convertido, por derecho propio, en un tesoro cultural que une a los hijos de estos dos pueblos sorianos.
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El arca de roble, que contiene en su interior los títulos de propiedad en régimen comunal de una dehesa boyal de más de mil hectáreas, ha llegado al mediodía de este domingo hasta el paraje de Canto Gordo desde San Andrés de Soria, donde ha sido abierta por las dos llaves simétricas que giran en sentido inverso y que custodian ambos pueblos -la izquierda, San Andrés y la derecha, Almarza- para comprobar el estado de los documentos, antes de ceder su custodia a los vecinos de Almarza.
La alcaldesa de Almarza, Ascensión Pérez, ha resaltado que los vecinos de ambos pueblos son los protagonistas de esta tradición, por ser los que custodian y entregan “este legado maravilloso, este tesoro cultural”.
Pérez ha calificado la jornada con entrañable y mágica, y ha invitado a sentirse orgullosos “de nuestros pueblos” y de festejar en compañía de con quienes se ha compartido todo a lo largo de la vida.
“El arca muestra una historia única, que merece ser contada y apreciada y preservada. Es una lección de vida donde aprender”, ha recalcado.
La alcaldesa pedánea de San Andrés de Soria, Laura Díaz, ha resaltado la suerte de vivir en el primer mundo en tiempos que exigen ser los mejores y tener más y no ser débiles, pero ha recordado que, si vemos la vida por el retrovisor, comprobamos que somos igual de vulnerables que hace millones de años, como se encargó de recordar el virus del Covid 19, que rompió la normalidad “que no apreciamos en el día a día”.
Además ha señalado que “tenemos la suerte de disfrutar de estos pueblos, de un entorno maravilloso y compartirlo con sus gentes”.
En el acto varias personas que portan el arca han resaltado la vinculación afectiva, “la ilusión y orgullo” que les une a esta tradición.
Chema Díaz ha recalcado, como invitado especial, la tradición de más de siete siglos de este traslado del arca, que le convierten en un tesoro cultural, “lleno de vida e historia”.
“Es una tradición maravillosa de la que tenemos que sentirnos orgullosos. Tenemos la obligación de saber valorar en su justa medida que defender nuestras raíces, que se hunden en el tiempo, es defender la unión de dos pueblos”, ha reiterado.
Comprobado el buen estado de los documentos, la arqueta ha sido cerrada y trasladada por los mozos hasta Almarza, pueblo al que le corresponde la custodia en los años impares mientras San Andrés de Soria lo hace en los pares.
El arca de roble, según el estudio elaborado en 2002 por el Archivo Histórico Provincial de Soria, contiene 109 documentos y cuatro sellos de plomo pertenecientes a los cuatro reyes que concedieron los privilegios sobre la gestión de la dehesa de la Mata y la propiedad de la ermita de los Santos Nuevos y que figuran en sus correspondientes legajos.
El documento más antiguo, fechado en 1329, es el primer privilegio dado por el rey castellano Alfonso XI, por el que cedía el uso exclusivo de una fértil dehesa -la de la Mata- a los pueblos de Almarza, San Andrés de Soria, Cardos y Pipahón, -éstos dos últimos ya desaparecidos-, como premio a los hombres de estas tierras que le acompañaron en la batalla y demostraron su nobleza y lealtad.
Antiguamente el arca era portado por los quintos -los mozos a los que les tocaba hacer el servicio militar-, pero desde su supresión lo han venido haciendo los hombres a los que, en los últimos años, se han unido las mujeres.