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Descubren en Velilla de Medinaceli la cara este de la muralla de La Coronilla 

Por tercer año consecutivo, con el objeto de documentar la estructura de la muralla que rodea en casi un kilómetro todo el perímetro del cerro de La Coronilla de Velilla de Medinaceli, un enclave adscrito al Bronce Pleno, se está desarrollando una nueva campaña de excavaciones del programa de investigación ‘Estudio de la Edad del Bronce en el Valle del Jalón’.

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Estos trabajos de excavación arqueológica se enmarcan como una primera fase de un proyecto de investigación más amplio, planificado en tres etapas, y cuyo objetivo es estudiar la evolución desde el Bronce Medio hasta el Bronce Final en la zona del Jalón.

El delegado territorial, Manuel López, ha visitado esta mañana el yacimiento en el que está realizándose este proyecto de investigación, dirigido por Marian Arlegui Sánchez (Museo Numantino), que ha sido aprobado y financiado, en esta campaña, por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León con 9.438 euros.

El equipo también cuenta con la importante colaboración del Ayuntamiento de Arcos de Jalón, entidad especialmente sensible en la investigación de su patrimonio cultural, que aporta recursos propios y personal no especializado, que resulta imprescindible para el desarrollo de los trabajos. Debe citarse también la disposición siempre favorable de los propietarios del terreno, así como el patrocinio privado que está siendo determinante para realizar algunos análisis de materiales arqueológicos.

Han asistido a la visita, entre otros, el alcalde de Arcos de Jalón, Jesús Ángel Peregrina; el jefe del Servicio Territorial de Cultura, Carlos de la Casa; la alcaldesa pedánea de Velilla de Medinaceli, Silvia Casado; y la arqueóloga territorial, Elena Heras.

Durante la campaña de excavación (29 de mayo – 16 de junio) se han realizado estudios de prospección geofísica y eléctrica, en el desarrollo de un proyecto paralelo de investigación sobre técnicas de investigación no destructiva que se realizan por técnicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), dentro de los programas de la institución que tiene su sede en Burgos.

El yacimiento de La Coronilla

El Alto de La Coronilla se sitúa al norte de la localidad de Velilla de Medinaceli, en el corredor del río Jalón, lugar de tránsito a lo largo de toda la historia, entre las mesetas del interior peninsular y el valle del Ebro.

El cerro de La Coronilla es una de las elevaciones destacadas de la zona (1.177 metros sobre el nivel del mar) y se corresponde con el extremo adelantado de un páramo que es bañado en su base, al este, por el río Blanco y de noroeste a sureste por el arroyo menor Mingo Rando, que desemboca en el Jalón. El yacimiento se eleva 177 metros sobre el curso del río Blanco.

La cuenca del río Blanco está clasificada de gran potencial hídrico por la abundancia de sus reservas acuáticas subterráneas. En general, en toda la comarca del Jalón la gran permeabilidad del suelo hace que exista una gran circulación subterránea que carga las aguas de elementos minerales, como los salinos, tan necesarios para la vida. La sal, en Salinas de Medinaceli y en los próximos yacimientos de Guadalajara en Imón o Sigüenza, por citar los más próximos, tuvo una importancia señalada en la Edad del Hierro. Los investigadores suponen, a falta de estudios, que en la Edad del Bronce estos afloramientos o yacimientos salinos tuvieron también una importancia decisiva.

El poblado amurallado y el hallazgo de una cabaña de época posterior

Los pobladores de la Edad del Bronce ocuparon una plataforma triangular de abruptas laderas en alguno de sus lados, si bien la morfología por erosión de las placas que lo constituyen ha podido alterar gravemente la apariencia general. Esta plataforma, de seis hectáreas de superficie, fue completamente amurallada, lo que hace evidente un momento de grave crisis y consiguiente tensión social.

Una de las puertas de acceso al interior se identificó en la campaña del año anterior. Se abre en el lado este del poblado comunicando una zona de altura intermedia entre el yacimiento y el río Blanco, abastecida de agua por el nacimiento de dos arroyos en donde es probable se situaran los campos de cultivo y el abastecimiento de agua. El entorno ofrecía además áreas para el aprovechamiento ganadero y la caza.

En esta campaña se ha proseguido excavando arqueológicamente en el área iniciada en 2015: un corte perpendicular a la muralla cuyo objetivo, dadas las características topográficas de esta zona, permitía sospechar mayor profundidad de los estratos arqueológicos. La muralla se construyó con grandes bloques de piedra, casi ciclópeas. Esta muralla sufrió, en un momento aún no fechado, un derrumbe parcial que se resolvió creando un antemuro de contención y una plataforma, cuya cara este ha sido descubierta este año, así como su ángulo sureste.

Sobre el nivel más alto conservado de la muralla que se derrumbó se ha hallado una cabaña, que pudo tener unos 4,5 metros de ancho (aún no se han encontrado los laterales), un estructura en la que uno de sus extremos es ovalado y el otro rectilíneo, construida con barro y relleno de piedra menuda, enluciendo fuertemente lo que podría corresponder a un banco corrido y, detrás, lo que podría haber sido el muro de esta construcción, apoyado parcialmente en la muralla. En este momento de la excavación es difícil asegurar su función. Se conocen estructuras domésticas en otros yacimientos situadas sobre las defensas de los poblados en el ámbito mediterráneo y el sur peninsular.

Marian Arlegui ha destacado que el yacimiento ha deparado un grado de conservación muy alto, más del esperado, de seis hectáreas, completamente amurallado. “Se conocen pocos yacimiento así, pero además hemos encontrado una segunda fase de ocupación en el yacimiento, aunque aún no sabemos qué tiempo media entre la primera y esta segunda ocupación. Lo interesante es que tenemos una potente muralla del Bronce Medio que en un momento determinado se derrumba y luego, sobre ella, se construyó una cabaña que puede ser entre el Bronce Medio y el Bronce Final. Encontrar una sucesión de poblamiento así en un yacimiento lo hace todavía más interesante”.

Al igual que el año pasado, se han realizado estudios geofísicos, así como tres sondeos geotécnicos, a rotación con recuperación continua de testigo para determinar alteraciones en los rellenos, la profundidad de la placa geológica sobre la que se asentó el poblado y por tanto la potencia estratigráfica y las composición de los distintos niveles. Ello se ha realizado tanto en el área en donde se prevé la existencia de una construcción doméstica como en una elevación situada en el centro del yacimiento de aproximadamente 37 metros de diámetro, cuya excavación está planificada para próximas campañas. En este último lugar se ha realizado, además, una prospección geomagnética.

En la jornada de mañana, último día de excavación, se realizará una sesión fotográfica de vuelo con dron de la excavación, que completará el registro de estructuras y materiales georreferenciados. En otoño se proseguirá con la prospección del entorno para establecer un paisaje cultural sincrónico.

Materiales arqueológicos

Los hallazgos de fragmentos cerámicos y óseos en esta campaña son menores en número respecto a la pasada, debido al hecho de estar trabajando sobre la estructura defensiva. No obstante, se ha hallado una punta de flecha de hueso, trabajada, cuya tipología es coherente con la cronología aportada por el primer y único, hasta la fecha, análisis de radiocarbono. Los restantes materiales óseos corresponden a animales domésticos ovinos y bovinos, así como a animales cazados.

Un apartado importante son los materiales de construcción realizados con barro alisado con los dedos, cuyas huellas son visibles, y otros cuyo estudio revelará modos de construcción y de uso del barro y el adobe.

El equipo ha tomado muestras de carbón para obtener dataciones radiocarbónicas. El material óseo animal será estudiado en un laboratorio especializado para conocer los animales presentes en esa época, la edad de su caza o consumo y otras prácticas ganaderas. Igualmente, se han cogido muestras de tierras de diversas características para conocer su filiación geológica o antrópica, así como una columna de muestras para el análisis polínico que permita reconstruir las condiciones medioambientales en que vivieron estas poblaciones de alrededor del 1800 antes de Cristo.

El yacimiento está deparando un modelo de ocupación no documentado hasta la fecha en la arqueología próxima, tanto en tamaño de poblamiento como en el modelo de asentamiento y sistema defensivo, reflejando una fase inestable y compleja dentro de la Edad del Bronce Pleno.

Puede resultar de interés pensar en acontecimientos coetáneos en el momento en el que el cerro de La Coronilla estuvo ocupado: es el periodo de Abraham, el momento en que se fundó el reino de Aleppo, ciudad tristemente destruida recientemente; los hicsos se asentaron en el delta del Nilo, la época de la XII dinastía egipcia, que Hammurabi alcanzaría el poder poco después, etc.

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