La Semana Santa también es música en la catedral
La Semana Santa burgense también es música en la catedral, de la mano del Orfeón Hilaríon Eslava.
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La Catedral de El Burgo, como iglesia madre de la diócesis, es el marco en el que se celebran las principales funciones litúrgicas y también el ámbito en el que, de forma más acorde con el espíritu de los textos del magisterio de la Iglesia, se concibe e interpreta la música sacra, también durante los días de la Semana Santa, tiempo en el que los cantores contribuyen a la dignidad y esplendor del culto.
La ambientación musical de las celebraciones en la Catedral es responsabilidad del Orfeón Hilarión Eslava, uno de los grupos con más solera de los que tienen su sede en la villa episcopal.
Su nombre homenajea al compositor y musicólogo que fuera maestro de capilla de la Catedral entre 1828 y 1832.
Aunque el grupo funcionaba de forma esporádica con anterioridad, fue el año 1978 (en la conmemoración del centenario de la muerte de Eslava y de los 150 años de su toma de posesión como maestro de capilla de la Catedral) el que marcó el inicio de la actividad oficial del orfeón.
Desde septiembre de 2020, dirige el coro el profesor y doctor en Historia del Arte, Jesús Alonso Romero, que también desempeña la función de salmista.
Las voces están acompañadas por el órgano, tañido por el canónigo organista, David Igualador Martínez.
En su época más esplendorosa, en el primer lustro de los años 80, el orfeón llegó a contar con más de 60 componentes.
En la actualidad, de forma regular, a los ensayos semanales acuden once cantores (dos sopranos, dos tenores, cinco contraltos y dos barítonos), si bien en algunos momentos, especialmente coincidentes con períodos vacacionales, pueden llegar hasta diecinueve.
Alonso ha destacado el mérito y dedicación de los componentes del coro: “Personas estupendas, con la que es una bendición compartir momentos y objetivos, y que dan todo de sí para cumplir dignamente con el compromiso requerido”.
Música sacra
La Semana Santa es el tiempo más destacado del año litúrgico y, por ende, también son los días en los que la música sacra es más intensa.
En la Catedral de El Burgo de Osma se celebrarán, como es habitual, las funciones litúrgicas propias del tiempo y la música sacra será parte integrante del culto, también en estos días, gracias a las voces de los cantores y a los sonidos del órgano catedralicio.
“En efecto, sin duda, en la Semana Santa se concentran los días de mayor intensidad de la música en la Catedral, en paralelismo con las celebraciones litúrgicas”, ha resaltado el director del coro.
Están siendo seis los días en los que la música del coro de la Catedral se hace presente en otras tantas celebraciones: el pasado Domingo de Ramos, tanto en el rito inicial de la bendición de las palmas en la ermita de San Antón como en la Misa que siguió a la procesión; el Miércoles Santo en la Misa Crismal, en la que se bendicen los óleos de los enfermos y de los catecúmenos y se consagra el santo crisma; el Jueves Santo, en la Misa en la Cena del Señor, en la que se incluirá el lavatorio de los pies y la procesión final con el Santísimo para colocarlo en el monumento; el Viernes Santo, en la celebración de la Pasión del Señor y la adoración de la Cruz; la Vigilia Pascual, en la noche del Sábado Santo, celebración precedida por la procesión inicial con el cirio pascual, la bajada del velo de pasión (que cubre durante el triduo sacro el retablo mayor) durante el canto del Gloria in excelsis Deo y la bendición del agua; y, finalmente, la Misa de la mañana del Domingo de Pascua de Resurrección, tras la procesión del Encuentro, que finalizará con el canto del Regina coeli laetare.
Sobre las piezas más destacadas que está interpretando el coro de la Catedral en estas seis funciones de la Semana Santa, Jesús Alonso, hace hincapié en que la música está al servicio de la liturgia: “La música es consustancial a la liturgia, ejerce una función litúrgica, no ameniza la liturgia. Toda música litúrgica ha de ser necesariamente sacra o sagrada, pero no toda la música sagrada, o piadosa, es apta para ser interpretada en la liturgia. Así lo advierte, repetidamente, el magisterio de la Iglesia, que es el marco que nos obliga a los directores de los coros y a quienes tienen la responsabilidad musical en las celebraciones litúrgicas. La música debe adecuarse al contenido litúrgico y el repertorio o selección de cantos deber estar acorde, debe ser apropiado a la celebración litúrgica”.
En este sentido, el director del coro, muestra su predilección por el canto gregoriano y la polifonía.
Preguntado si, además de su servicio en los cultos de la Catedral, el orfeón ofrece conciertos, su director ha reconocido que reciben algunos ofrecimientos para ello, especialmente por responsables de asociaciones o programadores culturales que acuden, de forma casual o intencionada, a la misa dominical de la una.
“Agradecemos tales propuestas y ofrecimientos, pero atenderlos con las debidas garantías supondría un replanteamiento total del coro que, a corto plazo, no parece viable. En cualquier caso, nunca se puede cerrar la puerta a ninguna posibilidad razonable”, ha puntualizado Alonso.