Larga vida para el ritual de las ánimas en Tajueco
Los vecinos e hijos del pueblo garantizan la continuidad de esta tradición
El ritual de las ánimas, en la noche del Día de Todos los Santos, tiene larga vida por delante, gracias al compromiso de los vecinos e hijos de Tajueco que, un año más, han recitado las cuartetas en cuatro esquinas del pueblo para ahuyentar "magicámente" a los fantasmas.
El alcalde de Tajueco, David Soria, ha destacado a EL MIRÓN DE SORIA el compromiso de los vecinos e hijos del pueblo para mantener en el tiempo este ritual que, para los tajuequeros o "puchereros" se ha convertido en un "día grande".
El ritual comienza con la entrada de la noche. Los hombres, divididos en dos grupos, recitan veintiuna estrofas. Cantan, de forma intercalada, diez cada uno de los grupos en corros, y la última, todos a la vez.
"Es una tradición que viene de muchos años, yo creo que de siglos", ha resaltado.
Hace unas décadas, el ritual estuvo en riesgo de desaparición pero de unos años a hoy, la tradición ha revivido gracias al compromiso de los tajuequeros.
"La juventud ya se empieza a animar a ir cantando y conservando este ritual. Hay chicos mayores que dicen que este día hay que conservarlo", ha resaltado.
En invierno, Tajueco da cobijo a 45 vecinos pero en verano, como buena parte de los pueblos de la provincia, acoge hasta 300.
Hay tres grupos: varones que cantan (antes eran solteros en un lado, y casados en el otro) y resto de la población.
Al terminar cada cántico todos rezan un padrenuestro; rezo en el que son acompañados por el tercer grupo que presencia a unos metros a los dos coros y en el que se puede ver a la chiquillería y algunas mujeres portando sobre las manos velas desnudas o protegidas por botes, calabazas o cacharros de barro agujereados.
Al término de cada cántico resuena por tres veces una campanilla, y una vez acabado todo el ritual, se reparte bollería y vino entre los asistentes.
