Un traje abulense se suma "A la gala de la buena novia"
Hasta Morón de Almazán han viajado las ropas de boda de la colección de indumentaria tradicional de Javier Blázquez Reviriego, pañero de Santa María del Berrocal, en Ávila.
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Las prendas se muestran al público hasta diciembre en el Museo del Traje Popular, de la Diputación Provincial de Soria, entre los ropajes nupciales populares más reconocidos del país, entre ellos: Lagartera, Consuegra y Navalcán (Toledo), Candelario, Peñaparda, La Armuña y La Alberca (Salamanca), Ansó y Fraga (Huesca), Aliste (Zamora), La Ribera Burgalesa, Montehermoso (Cáceres), Valdoncina (León), Rías Baixas (Galicia) o Valencia.
La exposición temporal, “A la gala de la buena novia”, es una muestra retrospectiva del vestir ritual, desde el siglo XVIII, que nos permite evocar el pasado de la indumentaria nupcial femenina a través de trajes procedentes de diferentes colecciones e instituciones.
A la vista del público aparecen 50 trajes desde 1840 hasta 2013 tanto de diversas partes de España como de fuera, procedentes de EEUU o Italia, y permite al visitante hacer un recorrido por la evolución de la moda nupcial, tanto en sus versiones populares como en sus modelos de moda urbana y burguesa.
Las prendas de la provincia de Ávila que se presentan en esta muestra, responden al indumento del segundo día de la boda, “la tornaboda” de una novia de Santa María del Berrocal.
Mientras la novia elegía como vistas, para el día grande de los esponsales, el manteo verde fino de cinta madrileña, el pañuelo de crespón de color grosella y el mandil de letras, con sus iniciales (pagadas por el novio), para el segundo día trocaba su indumento por el manteo picado de castañuelas grandes, en este caso con una combinación muy propia: manteo amarillo picado en rojo.
El traje se completa con un singularísimo mandil azul de tramao, recamado de picado en rojo (sólo por esta prenda merecería un lugar Berrocal entre las indumentarias hispanas más singulares), el jugón negro de manga ancha, un bordado pañuelo marrón de mediorramo al talle, una faltriquera de tramao con la boca picada (tejida en el propio pueblo, como el resto de paños), un pañuelo de cabeza de fina seda, el galón para el moño de picaporte y horquillas de filigrana de plata para los rodetes y al pecho la joyería más popular: los hilos de oro con la venera, la encomienda y la cruz de aljófar.
Pendientes de las orejas aparecen las calabacillas de dos cuerpos (botón y calabacilla propiamente dicha), que en días de menos fiesta se podía simplificar y lucir solamente el botón de filigrana.
Entre los interiores, la camisa y un blanco crucero con el nombre de la dueña bordado (Susana Reviriego, casada en junio de 1894), que apenas se adivina en el escote y que sirve de asiento al pañuelo, y distintos manteos bajeros (de cuadros o tartanes, pardo, de tirana de merino…) que ayudan a dar el volumen necesario al gusto, tan decimonónico, de estrechas cinturas y anchas caderas, que tanto se estiló en tierras abulenses. Las prendas conservan las dobleces con las que descansan en el arca y que configuran, con el uso, un adorno más muy característico.
Se añaden también algunos elementos del ritual de la boda como son el pañomanos o la bolsa de los confites, ricamente labrada y el paño de ofrendas con las tablas de cera.
Todas las piezas pertenecen al vestir del siglo XIX de Santa María del Berrocal (Valle del Corneja), cedidas por Javier Blázquez Reviriego.
Localidad que se dedicó, desde antiguo, a la confección de paños para abastecer la confección de los trajes del país y a la venta de los mismos por media España, desde Granada hasta Galicia. Las singulares ropas de esta localidad abulense bien merecen su reconocimiento como una de las más importantes del indumento popular hispano.
Esta acción se incluye en la labor de visibilización del patrimonio textil abulense que desde hace unos años desarrollan los investigadores Carlos del Peso y Javier Blázquez, con una importante labor de difusión de este acervo cultural único, en jornadas, seminarios, conferencias y publicaciones.
Entre estas últimas destaca la puesta en marcha de la Serie de Estudios de indumentaria Abulense “El Hilo de Oro” donde se incluyen los dos primeros volúmenes, El avío serrano avilés: el traje de rabo, dedicado vestir de El Barraco y Las gorras de paja de centeno. El peinado y el tocado femenino en Ávila, estando en la actualidad ultimando la edición de un nuevo volumen dedicado a la indumentaria tradicional del Valle del Corneja, donde se localiza uno de los referentes señeros en la indumentaria tradicional, Santa María del Berrocal, conservándose arcaísmos especialmente relevantes.
La exposición, con un importante número de visitas, ha sido complementada con un interesante catálogo.