Patrimonio natural en la Red de Villas Medievales
Las once ciudades, españolas y portuguesa, que conforman la Red de Ciudades y Villas Medievales, entre las que se encuentra Almazán, cuentan con impresionantes espacios naturales que complementan su belleza monumental.
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Las localidades que integran la Red de Ciudades y Villas Medievales se ciñen a un mismo perfil.
Son municipios de pequeño tamaño -ninguna de ellas supera los 15.000 habitantes-, con una singular hermosura monumental, que hace de sus edificios y calles auténticos museos medievales que transportan al viajero a otra época.
Pero además, todas ellas combinan su belleza arquitectónica con increíbles espacios naturales, cada uno con una personalidad peculiar que le imprime un carácter único.
Hondarribia, está enclavada junto al estuario del Bidasoa. Rodeada de montañas, costa y marismas, además de la belleza de sus angostas calles adoquinadas, cuenta con unas vistas impresionantes a un entorno natural incomparable.
Laguardia es una villa amurallada situada en un altozano entre la Sierra de Cantabria y el Valle del Ebro, en el centro de la Rioja Alavesa, conocida por la riqueza y calidad de sus vinos. Dentro de su entorno natural destaca un complejo lagunar formado por cuatro lagunas, que se divisan desde la ciudad.
Estella-Lizarra, es una ciudad medieval de marcado carácter multicultural, por la que discurren el Camino de Santiago y los Caminos de Sefarad. Situada entre la montaña y la ribera de la Navarra occidental, se asienta en un gran meandro del rio Ega, el cual se abre paso entre las montañas que la rodean, por lo que es conocida como “La ciudad del Ega”.
Almazán, “El Forticado”, villa soriana amurallada, está situada en un hermoso paraje rodeado de colinas y bañada por el rio Duero. En lo alto del pueblo se encuentra el Parque de El Cinto, este sendero contiene los restos de un antiguo vía crucis y desde la altura que regala su relieve se pueden contemplar los tesoros arquitectónicos de la villa.
En la parte baja, cruzando el rio desde el casco antiguo se accede al Parque de La Arboleda y el Duero, un precioso espacio natural donde disfrutar de tiempo de ocio entre chopos, álamos, saucos y fresnos, en un paseo por la ribera del Duero, repleto de aves y que cuenta con un mueso de esculturas al aire libre, perfecto para disfrutar del arte en un entorno natural que enamora en cualquier estación del año.
Sigüenza, “Ciudad del Doncel”, está enclavada en el valle del Henares, que nace en Horna, una de sus veintiocho pedanías, las cuales ocultan increíbles tesoros arquitectónicos, como la Iglesia de Carabias o la muralla de Palazuelos, y naturales, como las cuevas de Olmedillas. Entre sus recursos naturales destaca un extenso pinar que une la ciudad medieval con Guijosa, Cubillas y Barbatona.
Manzanares El Real, alberga una de las fortalezas medievales mejor conservadas de España. Situado en pleno Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, al pie de La Pedriza, en un entorno natural Reserva de la Biosfera, ofrece uno de los paisajes más bellos de la Comunidad de Madrid. En un marco natural incomparable, Manzanares ofrece paisajes de belleza inigualable en sus tres vertientes, de montaña, río y pantano.
Consuegra, sus emblemáticos molinos de viento y su castillo medieval, en el corazón de La Mancha, la convierten un lugar ideal donde disfrutar de unas inigualables puestas de sol. Su ubicación, entre dos comarcas naturales claramente diferenciadas, le otorga un potencial paisajístico muy interesante.
Ciudad Rodrigo, baluarte medieval junto a la Sierra de Gata, cuenta dentro de la ciudad con más de 10 km de parques urbanos y paseos junto al río Águeda.
Jerez de los Caballeros, ciudad medieval singular por el color blanco de sus casas, se alza dominando la Vega del rio Ardila, para disfrutar de la vista de sus espectaculares dehesas, en las estribaciones de Sierra Morena.
Olivenza, ciudad amurallada de origen templario, eterna frontera entre España y Portugal, está bañada por las aguas del Guadiana, que dan vida al Alqueva, el mayor lago artificial de Europa.
Marvão, hermosa villa medieval portuguesa, está situada en lo alto de una colina dentro del parque natural de la sierra de Sao Mamede, la cadena montañosa más elevada de Portugal, al sur del Tajo.