Almazán vuelve a danzar con el "Milanazo"
La cofradía de San Pascual Bailón recupera esta danza perdida hace cuatro décadas
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La cofradía de San Pascual Bailón ha recuperado hoy la danza del "Milanazo", coincidiendo con el bicentenario de su fundación.
Uno de los miembros de la cofradía, María Jesús García, ha explicado que esta danza se bailó hace muchos años en Almazán pero que realmente no hay nadie que concrete su origen y su motivación.
"Es una danza que se recuperó hace más de cuarenta años y siempre la bailaba entonces la Sección Femenina. Pero el gruo de danzas apenas estuvo un año y volvió a desaparecer. Hubo otra cuadrilla, del colegio del Calasancio, que lo representó en unas convivencias en Daimiel", ha apuntado.
García ha señalado que suponen que es una danza pastoril aunque no tenga nada que ver con el Zarrón.
La danza, de cuatro minutos, se ha ensayado durante los últimos quince días, tras recuperar la música.
Para el alcalde adnamantino, José Antonio de Miguel, la recuperación de la danza es una gran satisfacción por recuperar una tradición prácticamente perdida. "Es parte de nuestra historia y todo lo que sea recuperarla y trasladarla está muy bien", ha señalado, antes de destacar el esfuerzo realizado por la Banda Municipal de Música y la cofradía de San Pascual Bailón.
Movimientos
El director de la Banda Municipal de Música de Almazán, Diego Salvachúa, ha explicado que la danza se baila en parejas y en cuadros, y en un momento hay cruces.
"Es una danza que avanzas un poco, vas haciendo los cruces, vuelves hacia posición inicial y luego hay un cambio de ritmo, pasando de tiempo de vals a pasodoble. Se baila mirando de frente a la pareja y todos mirando hacia el comienzo de la danza", ha apuntado.
El "milanazo" o "milano" es una danza que simula el acoso de este ave rapaz de rojizo plumaje a las palomas, representadas por los danzantes, que efectuarán curiosos movimientos para salir indemnes de sus reiterados ataques, según la interpretación realizada por el investigador José María Martínez Laseca, en el artículo titulado "!Que siga la danza ¡qué viva el Zarrón!", publicado en 1985 en la Revista de Folklore.
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