Una calle pendiente de los remates
La calle aduana Vieja en su confluencia con la plaza del Vergel se ha convertido en una pequeña trampa para los peatones. Sigue sin rematarse la obra, mientras los transeúntes tropiezan o, simplemente, se caen al suelo. Sería bueno que, de una vez, se terminase la obra, y no se tuviese durante meses en vilo a los peatones.