Reflexiones sobre el arte contemporáneo
Juana Largo reflexiona en este artícuilo sobre el arte contemporáneo por encima de corrientes y generaciones y su relación con la vida.
El futuro en juego; todos somos responsables
Reflexiones sobre el arte contemporáneo
En principio, es una contradicción. Ni lo funcional puede ser arte, ni el arte puede ser funcional. Aunque, a lo largo de la historia se hayan dado las mezclas. Pero en la actualidad, y dicho sea a grosso modo, para los artistas se presenta el gran reto: ¿Hemos de hacer objetos artísticos funcionales?...
Es como la relación entre arte y vida. ¿Ha de ser la vida artística o el arte vital? Esto, como es de suponer, cae por su propio peso: la vida y el arte se excluyen como un ciervo macho a otro ciervo macho.
La vida no tiene que ver absolutamente nada con el arte. La vida puede prescindir perfectamente del arte. Muchos hombres, a lo largo de la historia, seguramente han muerto sin arte y no ha pasado nada de nada. Igual que muchos humanos han sido artistas y no han vivido y no pasa nada. Pero el hecho, lo factual, es que la vida y el arte se interrelacionan, se han interrelacionado siempre y siempre se interrelacionarán.
Mientras haya culturas mixtas, porque las puras no pueden dar más que en la bancarrota. Entonces, como todos los humanos vivimos en culturas mezcladas, llenas de múltiples aportaciones culturales de diversos tipos, policulturales en definitiva, o pluriculturales, hemos de considerar el asunto en esas múltiples relaciones. Pues ahora el mundo se ha quedado pequeño y no caben ya más experimentos de supervivencia ni de nueva vida. Américas ya no hay.
El que escoja ser artista, pues esto se escoge, ha de darse cuenta del panorama tan rico que tiene. No puede hacer solamente objetos artísticos que no tienen nada que ver con la vida, ni al contrario. Ahora, tal como nos ha descubierto el desarrollo humano, podemos –a la biología- darle un trato artístico, o unir ambos factores con un mismo producto: el objeto artístico del siglo XXI. Biología más tecnología dan con un producto nuevo que pueden desconocer los hombres que no sean artistas y admirar, al mismo tiempo que querer, ese objeto. -Ah, la poesía no se hace solamente con versos.
El funcionalismo es una deuda contraída por el hombre del siglo nuestro. No se pueden hacer objetos que no signifiquen nada práctico, el arte por el arte ha pasado a la historia a ser el saco de la inanidad. Pero tampoco pueden hacerse objetos que no sean artísticos, el objeto solamente útil es el que llena las sociedades proletarias y que sirve para el gasto de consumo de la economía de mercado necesaria para sostener el país que sea.
Del mismo modo se podría decir que el objeto artístico es el del que hacen gala los burgueses. Y naturalmente estamos hablando con premisas ya un tanto antiguas, pero un artista actual será total, aunque haga cohete con birlibirloques en la cabeza, o un diario de lo que le pasa a él cada día, porque ahí está el mundo entero. Un artista total tomará todos los recursos que se le presenten. Entonces la pieza fabricada será un objeto funcional y artístico, vital y artístico, lo contrario que le hacíamos defender al principio de este artículo al abogado del diablo al que en este espacio le hemos dado una voz inicial. Si se quiere hacer la síntesis del mundo actual, ha de considerarse en su ambivalencia.
Ahora bien, ante las posibles acometidas perturbadoras, en el sentido moral del término, de las corrientes o gestaciones de la biología o de la tecnología en la actualidad, habrá que defenderse, adoptar una deontología de principios del artista que las use. No está permitido, en primer lugar, el atentado contra la vida humana. Luego, todo lo demás. Esto el auténtico artista, que habrá estudiado historia del arte, lo conocerá, dado que ha visto la historia de las obras artísticas y a sus autores, y muchos de ellos han sido filántropos. Caso de que ignorara este preludio, habría que advertirle, no meterlo en la cárcel. Los medios no pueden ser sino los de la conciencia de nuestro mundo, los medios de comunicación independientes.
Aunque, como muchas personas y artistas sabrán, queda en la historia el devenir del arte como algo reactivo: no nos pueden gustar todas las épocas, ni tiene por qué gustarnos el arte de nuestro tiempo, sino que se puede reaccionar frente a ello, para hacer un arte que consideramos nuevo.
La cuestión de las generaciones es algo nada baladí, el mundo se mueve por generaciones y por bandos y escuelas, por ejemplo, a la generación del 27 tan española, luego sucedió la del 36, y luego otra y así vamos, de salto de generación en generación y de salto de sitio en sitio en el cual ponerse para que todo parezca más dinámico. Ay de aquel o aquella que se queda descolgado de una generación y que tiene que ganarse los vítores del público espectador de tal modo que al público espectador le diga lo que quiere oír.
Existen incluso dos categorías fundamentales del arte como son las que estableció Umberto Eco, la de lo Kitsch y la de lo elitista y reservado o apocalíptico, el arte incluso puede llevarnos a amar las fuentes en las que se encarrila, es decir, se puede llegar al extremo de distanciarse tanto del arte funcional o el de masas y escribir o pintar para una inmensa minoría, o al revés, volcarse en el arte de las masas, tipo Warhol, y escribir o hacer una película totalmente tosca como son ahora muchas películas y que las puede entender todo el mundo sin necesidad de preámbulos. Igual que existía lo apolíneo y lo dionisíaco, pueden existir los dos polos, pero es que incluso es difícil colocarse en un pódium alto, como hace Banksy y no poder ser alto en tus producciones, o que un individuo se sitúe en el plano de la artesanía y llegar más alto que Goethe.
Después de Dalí, ¿qué queda?...El mundo del infortunio donde los artistas han de pintar ahora de manera abstracta o ser más surrealistas que los propios surrealistas. En el vaivén del arte, se descubren las sociedades, las sociedades dan pábulo a un arte u otro. Esto no puede ser en la actualidad en la cual cada uno dice hacer lo que quiere. ¿Y luego queréis ser comerciales?... En Soria, por ejemplo, una servidora conoce a una cierta porción de pintores ocultos que son de Soria y no han expuesto en su ciudad en su vida. Hasta este silencio puede ser arte, el pintar para la jubilación, pero cuando ya no sirve de nada. España es un país superlleno de artistas, debe ser nuestra vocación, pero no se les puede dar salida comercial a todos, cada uno se lame su pijo, y lo que pasa es que, los diferentes gobiernos que se suceden van diezmando cada vez más la diversidad de artes de tal modo que, hacen una exposición de algo y tiene que ser una antología o no hacen nada y tiene que ser un Antonio López el que surja.
De todas formas, también tenemos que fijarnos que el señor Dinero rige en estos campos y eso deshace el concepto primordial del arte, sobre todo la Belleza. Lo que no quita que el arte actual en España y en otras zonas del mundo, es un arte inquietante por su caotismo y su complejidad en la cual parece ser que hay que ir hablando con cada uno de los artistas de la palestra, lo cual es imposible y al final solo exponen pinturas o hacen poemas los que tienen mejor protección de la cuenta corriente del padre de cada uno. No se puede decir que esta sea una cultura fecunda, lo que nos lleva siempre a la burguesía, la cual hace, compra y vende arte. La clase burguesa siempre existirá porque son los que manejan los cheques y porque ellos piden, para distinguirse, un arte adecuado a su bolsillo.
Los pobres no, los pobres bastante tienen con sobrevivir que no necesitan ese arte elitista. Y lo que se quiere decir con todo esto, es que el Ministerio de Cultura debería preocuparse un tanto del asunto, y no dejar por ahí en la calle o en cárceles a los artistas populares y darles mirto a los que siempre han gobernado, en esta Modernidad, el mundo. Y nos parece, que, ante el arte, lo que hay que hacer es lo de siempre, ponerse a hacerlo y venderlo en cajas de frutas o en un bar como el Kiosko de la Dehesa, y el que se muera, mejor para él, que los angelitos le comprarán poemas o cuadros o videos en el cielo. Pero para esto hay que tener al menos fe, y este mundo no se mueve por esa fe, sino por la de los euros y los dólares. Y hasta yo he visto miles de Nietzsches en los manicomios.
Cada época tiene su tipo, ahora es el de los locos fuera de los manicomios y los exquisitos entre las rejas. Sirvan estas líneas para hacernos reflexionar un momento.
Fdo: Juana Largo