De una comisión recuperada para un viejo problema
La Delegación del Gobierno en Castilla y León ha decidido recuperar la comisión constituida en su día para analizar los accidentes de tráfico por la irrupción de animales silvestres en la calzada, una problema que conocen bien los conductores de la provincia y que, lejos de aliviarse en el tiempo, se ha ido incrementando con el paso de los días.
Hay que decir, para empezar, que confiamos en que esta comisión tenga mejor suerte que su precedente y, sobre todo, que no discurra por los mismos derroteros por los que encaminan sus pasos muchas comisiones de investigación, puestas en marcha por el poder político entiende como mejor herramienta para que no se sepa nada. En el caso que nos ocupa convendría que las aportaciones que salgan de esta futura comisión no queden reducidas a meras recomendaciones sobre lo que tienen que hacer las administraciones competentes. Para este camino, no hacen ciertamente falta más alforjas. Al contrario, sería conveniente que las conclusiones a las que llegue sean asumidas con compromisos ciertos de ejecutar las medidas en un tiempo razonable. Por la experiencia de décadas en las carreteras de la provincia, sabemos ya que la responsabilidad en este problema es compartida y que los estudios -que nunca están de más, aunque tampoco conviene estar todos los días dándole vueltas a lo mismo- tienen que venir acompañados de decisiones políticas, con su correspondiente dotación económica, especialmente para ejecutar las autovías comprometidas, la medida que se ha mostrado más efectiva en Soria.