Llevamos demasiado tiempo debatiendo en Soria sobre el concepto de ciudad sostenible. Y el debate ha sido realimentado ahora, en tiempos electorales, por el propio Ayuntamiento capitalino, que ha presentado el proyecto Corredor CO2Cero con el objetivo de consolidar la sostenibilidad medioambiental como criterio fundamental de las políticas municipales. La iniciativa es bienvenida pero necesita irradiar su filosofía a un enfoque integral de la ciudad y generar sinergías con un proyecto emblemático como la Ciudad del Medio Ambiente. El medio ambiente urbano no debe quedar reducido a este corredor verde diseñado al abrigo de la convocatoria europea Life sino extenderse a todos los órdenes de decisión municipales. La sostenibilidad no debe ser un sueño ni un deseo inalcanzable, sino un proceso creativo local en pos del equilibrio y donde la concienciación y compromiso de la sociedad es tan incuestionable como imprescindible. El reto del futuro en este mundo globalizado cada día más marcado por los condicionantes energéticos no pasa tanto por hacer más cosas, sino distintas, tomando en consideración los requerimientos ambientales y haciéndolas con la gente en procesos de vertebración social. Sólo con esta implicación real de los vecinos -que exige asumir personalmente compromisos medioambientales, desde el menor uso del vehiculo propio hasta el consumo menor de agua o de electricidad- se conseguirá transformar a Soria en una ciudad verdaderamente sostenible. Hay mimbres para conseguirlo, pero hace falta más voluntad y decisiones.
