El verano ha vuelto a poner de manifiesto la relevancia que puede tener
-y tiene- la cultura como motor de desarrollo de la provincia. Desde los actos organizados por la Fundación Duques de Soria hasta la escenificación de una de las batallas de las guerras numantinas este fin de semana en Garray, las convocatorias culturales se multiplican por los rincones del territorio provincial y resaltan la importancia de revalorizar, por parte de las administraciones y de la propia sociedad, lo que la historia dejo de poso en la provincia. Hay un buen número de ciudades europeas que han sabido convertir la cultura en motor de su desarrollo económico haciendo de ella su imagen de marca frente al exterior. La cultura -digamos ya la industria del conocimiento- puede ser -y es- un factor decisivo para la localización de proyectos empresariales. En este convencimiento debe ahondar Soria y sus instituciones, coordinando sus productos culturales y de entretenimiento y adaptándolos a los hábitos de consumo de los ciudadanos. Es preciso articular una estrategia cultural orientada a desarrollar este activo que puede ser tan esencial en la construcción del modelo de provincia que queremos. En tiempos de crisis económica, no hay que dar un paso atrás, ni para coger impulso. Es preciso, al contrario, revalorizar las diversas expresiones culturales con el objeto de no perder las oportunidades que brinda el mercado emergente de los contenidos. Ya lo dejo escrito Ortega y Gasset: sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. Estamos a tiempo.