Cuando el buenismo acampa en las márgenes del Duero
Vaya por delante el reconocimiento a la progresión en calidad y seguimiento que está experimentando el festival de música afroamericana “Enclave de Agua”, pero conviene reflexionar sobre algunos aspectos que necesitan ser mejorados, entre todos, para que la convocatoria tenga larga vida, se convierta decididamente en un foco de atracción turística y genere actividad económica en Soria.
En esta dirección es imprescindible encontrar una solución a la acampada para evitar que se vuelva a trasgredir la legislación que prohibe esta práctica en las márgenes del Duero, zona medioambientalmente protegida, y dañe el interés económico legítimo de los establecimientos del sector. En este sentido, si el hecho en sí -la acampada ilegal- merece reprobación, no lo es menos las justificaciones oficiales ofrecidas, que reflejan a las claras que algunos de nuestros dirigentes han caído en manos del buenismo y bordean la ley en función de sus conveniencias, cuando desde sus responsabilidades están obligados a hacer cumplir la ley... y cumplirla. Las administraciones, si aspiran a ser respetadas por sus ciudadanos, tienen la ineludible obligación de no bordear la legalidad en sus actuaciones. Equivocado es condenar a sus administrados a vivir en un mundo irreal, donde, según las conveniencias, unas veces se aplican las leyes y en otras no. Las buenas intenciones no pueden sustituir nunca al sentido común y al cumplimiento de la ley. Con esta premisa, hay todo un invierno por delante para que la acampada no se vuelva a repetir y se ofrezca una solución razonada y razonable.