TRIBUNA / El pueblo de Israel es el elegido
Ángel Coronado condena en este artículo de opinión la masacre que está sufriendo el pueblo palestino y la promesa de Israel de más guerra en 2024, impasible ante las llamadas al alto el fuego.
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“Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”, leemos en la prensa.
Y nos preguntamos: ¿a quién hace Israel esa promesa? ¿ Y quién es Israel? Imagino a los varios millones de israelitas impasibles ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego y prometiendo eso todos a una junto a su capo. ¿Pero a quién? Y por eso nos preguntamos acerca de quién pueda ser ese Israel, porque no es posible que todos los israelitas prometan (ni a quién) eso, y por eso sabemos que la noticia no puede ser cierta. No puede serlo
Solo acertamos a pensar que la prensa se dirige a todo el mundo, aunque no todo el mundo la recibe como todo el mundo recibe, congregado, un sermón, una conferencia, un mitin, una audiencia. No.
Las noticias de la prensa no se reciben a una. A cada uno llegan por separado y una por una, al desayuno, en la siesta, incluso (por qué no decirlo), en el baño, sentados, en esos minutos precisos y ordinariamente solitarios, se reciben por millones pero siempre a uno por uno y una por una. Y
es por eso, precisamente por eso, por lo que la reacción que uno sufre ante noticias como esa (“Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”) nunca está contaminada por el otro como lo está el sacar el pañuelo para conceder la oreja, toro ya muerto, cuando la plaza hierve blanca de pañuelos, o como cantas en el coro, aplaudes a la orquesta, ¡cuidado! ¡hazlo a su tiempo! ¡no interrumpas el concierto! ¡tierra, trágame! ¡qué tos! No podemos conseguir toser en silencio mientras que a veces hemos logrado espléndidos estornudos prácticamente silenciosos…
“Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”, nos dice Pepe haber leído.
“Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”, le decimos a Juanito habérsenos dicho.
“Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”, oímos en el metro, en el bar, en la oficina, en la fábrica, en el taller, en el tren, antes del postre pero recién consumido lo otro y a la espera de lo de más allá, cada uno en sus trajines. Qué cruz.
“Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”, y nos ponemos a escribir esto.
Y nos gustaría hacerlo como si esta pluma con la que escribimos fuese algo así como la varita de un hada o la mano de un capo de orquesta con su varita, vamos, con su batuta, o la voz encendida de un orador, o la bota de Maradona en aquélla final de la copa del mundo frente a Inglaterra, creo, o mejor, lo mejor de todo sin duda, como si cogiendo por el cuello al capo de los judíos y haciéndole abrir su sucia boca, micrófono abierto, hacia todo lo ancho del mundo, hacia todo lo ancho del mundo, abierto para decirles a todos al tiempo, al tiempo en ese mundo reunido, que;
“Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”
de tal forma que un clamor sideral se levantase de pronto y los cimientos del mundo le dijesen a Israel y a toda su panda que de eso nada, monada, así, como suena.
Porque el capo judío, su boca sucia, no está sola ni muchísimo menos. No hemos podido contarlos, pero digamos que unos con otros son cuarenta y cinco. Cuarenta y cinco, señoras y señores, cuarenta y cinco, cuarenta y cinco que bien podrían ser sesenta y uno. No queremos que se nos olvide ese. No queremos que se nos olvide ninguno.
¡Fíjense! jamás lo hubiésemos dicho, hay de todo, y no sólo judíos. Los hemos dispuesto en jaulas separadas. Abiertas pero separadas. Son belicosos pero a fin de cuentas educados, lo que se dice políticamente correctos. Hemos apostado porque ninguno de los cuarenta y cinco o los sesenta y uno (que nos hicimos un lío al final en ese punto concreto), saldría de su jaula para tirarse a la yugular de otro. Por esa razón se mantienen las jaulas abiertas. Siempre con su cerradura y prestas a ser cerradas dejando dentro a la bestia, pero de momento abiertas. Hemos de pensar que también hay amigotes entremezclados, incluso amigotas, y sobre todo algo que a todos les mantiene unidos. Han convenido entre todos comprometerse a repartir hostias sobre todo el mundo sin entrar en mayores detalles, no sea que la cosa malogre.
El hedor que despiden es insoportable, pero entre ellos no parece tener efecto. Y es muy curioso también que entre nosotros, entre cualesquiera de nosotros, entre los muchísimos millones que somos, hay muchos, muchos, muchos a quienes tampoco les huele mal. Pensamos que carecen de olfato, pero no lo sabemos. El personal de servicio que les suministra carnaza de alimento se protege con escafandras tipo astronauta. Escafandras desechadas de astronautas antiguos.
Ahora, en estos días navideños, hasta se les oye cantar villancicos. El otro día canturreaban el de los peces en el agua, los peces en el río.
¡Shisssssss! ¡Shisssssss! “Israel promete más guerra para 2024, impasible ante la masacre palestina y las llamadas al alto el fuego”. ¡Shisssssss! El pueblo de Israel es el elegido.
Fdo: Ángel Coronado