TRIBUNA / Cuotas
Mario González incide en otra emergencia nacional que se presenta en el horizonte si se termina imponiendo las nuevas cuotas que defiende la secretararía de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez "Pam". Para el articulista, la cuota es enemiga del mérito, la capacidad y la igualdad.
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TRIBUNA / Cuotas
Ángela Rodríguez ‘Pam’, Secretaria de Estado de Igualdad, criticaba estos días que no haya más personas gordas en un ‘kongreso’ donde la mayoría de políticos «encajan en una serie de cánones» físicos en los que no tiene cabida el sobrepeso porque "hay algunos hombres, pero no es lo habitual" para concluir que "no hay diversidad en la política". Estamos asistiendo en directo al nacimiento de un nuevo y grave problema en España que luego su retorcido Ministerio de Igualdad deberá combatir con dinero público, es decir, con nuestros impuestos, porque lo que en su neolengua son "mujeres con cuerpos diversos" -las gordas de toda la vida para entendernos- "tienen que saber que también tienen derecho a estar en el espacio público y a ocupar el poder". Se trata, claramente, de otra emergencia nacional.
‘Pam’ insiste con que una de las cosas con las que se le insulta es por "ser gorda y por ser fea" por lo que se preguntaba si "¿De verdad es tan problemático mi cuerpo para no merecer estar en el espacio público?" reconociendo, a continuación, que a consecuencia de ello sufrió un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que le ha hecho tener una relación compleja con su cuerpo por lo que exponerse públicamente no ha sido sencillo. En ese sentido, ‘Pam’ denunciaba "que los TCA y los problemas de salud mental vinculados a éstos no han dejado de crecer entre las más jóvenes especialmente como consecuencia de muchos contenidos que en redes sociales se presentan tan atractivos como nocivo" incluso a riesgo de que dichas denuncias generen una oleada de ‘gordofobia’ (se trata precisamente de eso: de crear un problema, para luego resolverlo ellos a golpe de Presupuesto).
La solución, para ‘Pam’, reside en que "todos los cuerpos son válidos" porque, de lo contrario, "estaríamos asumiendo, por ejemplo, que la representación de la ciudadanía, el ejercicio de nuestros derechos políticos, está limitado a quien encaja en un canon de determinado" que no es ajeno 2a los estereotipos de género ni a la cuestión de la clase, la situación administrativa, la edad, la raza o la discapacidad" por lo que todos debemos apostar por la diversidad "para la reparación de tantas personas que siempre se han visto obligadas a quedarse en el margen" lo que, a su juicio, entronca con "la defensa de un feminismo para todas las mujeres implica repensar de forma crítica como muchas mujeres han tenido un estatus inferior en el acceso a derechos y también en el acceso a la vida pública por ser gitanas, trans, lesbianas, sin estudios o pobres. También y mucho, por ser gordas".
Todo esto anticipa el nuevo ‘Problema de Cuotas’ que pronto tendremos en España por obra y gracia de todos estos amigos de lo ajeno y enemigos de la igualdad, el mérito y el esfuerzo. Aprovechan la campaña electoral para prospectar demoscópicamente el recorrido de esta nueva emergencia nacional, no para lograr una sociedad de libres e iguales, fundada sobre la igualdad de oportunidades y el mérito, sino para perpetuar su ridículo Ministerio y un Presupuesto que muy bien podría destinarse a cosas más perentorias. Con todo esto se nos vienen unas cuotas para todo, con plazas públicas –y si te descuidas privadas- reservadas para todo tipo de colectivos que pondrán fin a todos nuestros derechos y libertades. La prueba de que no vienen a salvar a nadie que no sean ellos mismos reside en que sus cabezas de cartel nacionales están dentro de los estereotipos que luego denuncian. Se trata, en definitiva, de colocar a sus comisarios políticos en todas partes.
Hay muchas cosas impulsadas por los partidos que están matando nuestra exigua democracia, pero la imposición de cuotas para todo puede terminar por reventarlo. La cuota es enemiga del mérito, la capacidad y la igualdad y por eso su instauración obligatoria tendría el poder deletéreo suficiente como acabar con todo. Si en todos los sitios, públicos y privados, tenemos que mantener las correspondientes cuotas obligatorias de gordos, lesbianos, imbéciles, etc…, y no cualquiera sino aquellos homologados por quienes te los imponen, ya podemos ir cerrando la persiana y marcharnos todos a Cuba que por lo menos allí hay Caribe.
Fdo: Mario González Casado. Abogado. Mautiko Abogados.