Más medidas para reducir el hábito del tabaco
El Ministerio de Sanidad ha dado una nueva vuelta de tuerca en su intención de reducir el hábito del tabaco, con un Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, que se materializará a partir de ahora en medidas que tendrán que ser aprobadas en leyes.
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TRIBUNA / La dignidad de España
Entre otras cosas, este documento recoge directrices sobre espacios sin humos, subida de impuestos y la equiparación legal del tabaco con otras nuevas formas de fumar, que hasta ahora se comercializaban sin apenas restricciones.
El objetivo final, según apunta el texto, es reducir el número de fumadores y proteger la salud de la población, en especial la considerada como más vulnerable (personas mayores, enfermos crónicos, embarazadas o niños, entre otros.
El plan cuenta con cinco grandes metas: prevenir el inicio del consumo de tabaco y de productos relacionados, fomentar el abandono del tabaquismo y facilitar la ayuda para dejar de fumar, reducir la exposición ambiental a las emisiones de tabaco y productos relacionados, promover la investigación aplicada y la monitorización en el control del tabaquismo y potenciar la coordinación y el establecimiento de alianzas.
Dentro de ellas se establecen 22 objetivos más concretos, como reducir por debajo del 7 por ciento la prevalencia de consumo diario de tabaco en los últimos 30 días en estudiantes de entre 14 y 18 años y por debajo del 20 por ciento la prevalencia diaria en jóvenes en el tramo de 15 a 24 años.
Mayor polémica
Tal vez el consumo de tabaco en ámbitos públicos sea uno de los debates que mayor polémica ha suscitado entre las comunidades por la ambigüedad con el que se trata dentro del plan.
Si bien un primer borrador de 2021 sí que mencionaba la cuestión de los "espacios exteriores", de donde se podía deducir el caso de las terrazas, ahora el texto final se limita a mencionar que se deben ampliar los espacios sin humo, en especial en lugares compartidos donde haya personas consideradas de riesgo.
No obstante, esta medida tendrá que pasar como ley en el Congreso.
Sobre la mesa también está prohibir fumar en las marquesinas, playas, parques, o ampliar los espacios en colegios y hospitales.
El plan busca animar a los ayuntamientos a promover iniciativas como playas libres de humo.
Otra de las polémicas viene de la mano de la prohibición en espacios privados como el coche o el domicilio.
Si bien las versiones anteriores hablaban de un posible veto futuro, en especial cuando haya menores y personas vulnerables delante, se ha sustituido como petición de algunas autonomías por el término de "espacios de uso público o colectivo".
Por el momento, se va a poder seguir fumando donde está permitido hasta que se prohíba por una nueva ley; el cambio sería una actualización de la norma antitabaco de 2006.
El plan pretende igualar los dispositivos electrónicos al tabaco convencional imponiendo restricciones a la venta, suministro y requisitos de etiquetado, fabricación y comercialización, de forma que sólo puedan comercializarse en puntos determinados, como ocurre ya con los cigarrillos.
La idea es, tal y como recoge el documento, equiparar su promoción y publicidad a la de las formas de consumo más tradicionales tanto en los dispositivos que utilicen líquidos, cartuchos o recambios con nicotina como los que no la contengan, pues estos últimos "son los más utilizados por la población joven y son puerta de entrada al consumo de tabaco y la adicción posterior".
El documento también quiere prohibir los aditivos que "confieren aromas en tabaco y en productos relacionados (en línea con lo que se acuerde por la UE)", así como los dispositivos de un solo uso. Pero para eso también habrá que cambiar las leyes.
Fiscalidad
En España, el precio medio de una cajetilla se sitúa en 4,5 euros, una cifra que ha ido aumentando con la subida de impuestos desde 2005, cuando se aprobó la primera ley de prevención y limitación del consumo.
Sin embargo, Sanidad considera que el coste sigue favoreciendo el consumo.
Por este motivo, la estrategia apuesta también por el aumento del precio del tabaco a través de una subida en su fiscalidad.
Sobre todo se espera que esta medida afecte a los jóvenes que, por lo general, cuentan con un nivel adquisitivo más bajo al de un adulto promedio.
Sin embargo, la última palabra la tendrá el Ministerio de Hacienda y Función Pública, con el que Sanidad ya está negociando para impulsar iniciativas que incrementen la fiscalidad de estos productos y que esos fondos puedan ir destinados a algunas medidas del plan en materia de prevención.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha subrayado que el plan "es ya una realidad" y ha explicado al término de la reunión que este documento "es un motivo de orgullo nacional" y tiene el firme propósito de poner a España otra vez en la vanguardia de la lucha contra el tabaco.
"Este plan no hubiera sido posible sin el diálogo y sin la voluntad de acuerdo frente a la epidemia del tabaquismo", ha destacado.
Una vez aprobado el plan, se abordará el desarrollo de distintas leyes que hagan realidad las "intenciones" que contiene para regular aspectos como equiparar la regulación sobre publicidad, patrocinio y promoción, los nuevos productos de tabaco y equipararlos al tabaco tradicional, sobre espacios libres de humo, empaquetado, trasposición de normativa europea o política fiscal.