Río Duero Soria, subcampeón de España junior
Río Duero Soria ha conseguido el subcampeonato de España junior, en el torneo disputado en Soria y que ha erigido a la rotacion de Unicaja Almería como la mejor.
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Río Duero-Unicaja Almería, final del Campeonato juniors
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Unicaja Costa de Almería es el nuevo campeón de España de voleibol junior masculino al imponerse en la gran final por 1-3 al cuadro anfitrión, Río Duero Soria, por 1-3 (25-17, 22-25, 16-25, 12-25).
Los ahorradores, que tuvieron serias dificultades para continuar en la competición, supieron imponerse a la adversidad, remontar en la final ante el equipo organizador y vencer con claridad. Los celestes, subcampeones, y CV Leganés.com fue tercero, al superar por 3-0 a Arenal Emevé en la pelea por el bronce.
Trabajado partido de Unicaja Costa de Almería que, en el primer set, se veía superado por el poderío ofensivo de Río Duero Soria.
Los jugadores de Óscar Serna, liderados por algunos de los efectivos que conforman la plantilla del primer equipo, supieron jugar sus bazas, poniendo el listón muy alto desde el principio con un 4-0 inicial.
Por su parte, los hombres de Juan José Cano mantuvieron la calma, sin dejarse ir en ningún momento, a pesar de jugar con el marcador en contra. Claro que en el equipo soriano, el juego fluía a borbotones, con Luke Belda como principal referente en todas las facetas del juego y Davi Tenorio imparable por el centro. Los verdes no encontraban soluciones para parar el ataque soriano, y el parcial se cerraba por 25-17.
La segunda manga fue la más equilibrada, disputada y emocionante. Los celestes querían poner el mismo ritmo de inicio (3-0), pero una vez más, el equipo verde no perdía la compostura.
El buen hacer de Vizcaíno, que iba a saber elegir siempre un buen aliado, unido a la mejora del nivel de juego, permitían a los ahorradores equilibrar el duelo (8-8).
No obstante, los sorianos seguían imprimiendo un buen ritmo de juego, con una nueva ventaja en el marcador que les permitía jugar con relativa comodidad, algo que se truncaría en el 15-16 con la primera ventaja visitante. El juego iba a tener a partir de entonces alternativas para ambos bandos, aunque los errores condenarían a los locales frente a un Unicaja que entraba en dinámica ganadora (22-25).
El empate a uno cambió el signo del partido.
Por un lado, la confianza de Unicaja se disparó, mientras que los celestes comenzaron a verse superados por la presión, siendo incapaces de igualar la propuesta rival para ir diluyéndose poco a poco.
Los hombres de Cano elevaron su nivel ofensivo, gracias a la magistral dirección del juego de Vizcaíno, Delós y Hoda por el centro, se tornaban infalibles, mientras que Asensio, tremendamente efectivo en todos los ámbitos del juego, resolvía con contundencia las acciones más complejas, para ir sumando paulatinamente a Torres y Martínez, también por las alas. Junto a la mejora ofensiva y la excelente intensidad defensiva, el saque ponía a la recepción soriana entre la espada y la pared, minando poco a poco la moral de las tropas celestes (16-25).
Los sorianos parecían haber perdido la final desde el punto de vista anímico, y a raíz de esta situación, todo lo demás.
De hecho, en el cuarto set Unicaja endosaba un 1-7 que ponía la final en el bolsillo.
Serna trató de parar el juego ahorrador desde el banquillo, también con Alberto Toribio tratando de dar instrucciones a sus jugadores, pero no hubo reacción, más allá de destellos de Belda y Pyvovarenko en acciones espectaculares, sin continuidad, y salpimentadas por excesivos errores locales.
Al otro lado de la red, los jugadores verdes parecían tocados por una varita, firmando cada una de sus acciones de forma inapelable. Con velocidad de crucero, Unicaja se proclamaba campeón (25-12).
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