Un partido para olvidar... o tomar nota

El Numancia, que viaja a Valladolid con la ilusión de dar la sorpresa y engancharse definitivamente a la lucha por la sexta plaza de la Liga Adelante, regresó con un goleada (4-0) y la sensación de que pudo ser peor, si el rival hubiese intensificado su presión. Una expulsión tempranera de Ripa y el posterior desbarajuste defensivo incentivaron los dos primeros goles pucelanos, cuando no se había cumplido un cuarto de hora.

La expulsión del defensa Ripa, al acudir a cerrar un pase a la espalda de los centrales, por falta sobre Óscar cuando se aprestaba a pisar el área y encarar a Biel Ribas, fue ciertamente determinante.  Una tarjeta roja que, para algunos, fue de libro, y para otros, demasiado rigurosa, pero que supuso a la postre el principio del fin de la derrota numantina en el Nuevo Zorrilla.

El Valladolid, que afrontaba el derbi regional con ganas de olvidarse de su debacle frente al Betis (4-0), superó en pocos minutos la dos líneas de presión del Numancia, convirtiendo la banda izquierda y los pases a la espalda de los centrales, en dos armas letales. El primero de la noche llegó por la banda izquierda. Timor (min. 10), remató en el segundo palo un centro pasado de Hernán Pérez, desde la izquierda, en el que el guardameta Biel Ribas se comió el centro y Cicinho cerró mal el segundo palo.

Por la izquierda llegó el segundo de la noche, apenas tres minutos después. Nadie fue capaz de tapar la diagonal de Hernán Pérez, tras apoyarse en Álvaro Rubio. Y el paraguayo resolvió con clase ante la media salida de Biel Ribas.

Pudieron llegar más goles antes de la media hora porque el Numancia jugaba con la defensa muy adelantada pero sin presión alguna en el centro del campo, lo que facilitó los balones a la espalda de la defensa rojilla por parte del centro del campo pucelano. La única ocasión del Numancia de meterse un poco en el partido llegó en un disparo seco, desde la frontal, de Julio Álvarez, al que respondió perfectamente, con una estirada (min. 21).

Sin pisar el acelerador, el Real Valladolid consiguió el tercero (min. 30). Fue el valenciano David Timor a pase del portugués André Leao. Otro pase interior, en zona de teórico dominio de los centrales, dejo cerrado el resultado, salvo milagro, antes del descanso. 

En la reanudación, el decorado no cambió. El guión del partido ya estaba escrito y los protagonistas lo siguieron rigurosamente. Sólo Del Pino estuvo cerca de sorprender desde la frontal a Javi Varas, que tocó lo suficiente para desviar a saque de esquina. El peligro rondó más el área de Biel Ribas, que tuvo una intervención de mucho mérito, antes del penalti claro cometido por Regalón en una internada de Omar Ramos. El penalti lo transformó Óscar González (min. 78).

En lo que restaba de partido el Valladolid sumó más ocasiones y al Numancia, a Natalio, le anularon un gol.