El otro rival del C.D. Numancia en Segunda RFEF
El Numancia jugará la próxima temporada en Segunda RFEF con el objetivo del ascenso. A la entidad de sus rivales, tendrá que sumar la complicación de enfrentarse a ellos en terrenos de juego con hierba artificial.
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De los 17 rivales, 12 juegan sobre césped artificial, un factor al que la plantilla rojilla tendrá que aclimatarse con rapidez para afrontar con éxito sus duelos.
En el grupo III de la Segunda RFEF, sólo el Brea, el C.D. Teruel, el Lleida Sportiu, el filial del Español de Barcelona y el Terrassa juegan sus partidos en casa en césped natural.
El resto, son campos de hierba artifificial, muy habituales en Cataluña y las Islas Baleares, donde a los kilómetros de los desplazamientos, el Numancia tendrá que sumar la complicación del terreno de juego.
El estadio Pedro Sancho, del C.D. Ebro, de Zaragoza; la Ciudad Deportiva de Ejea de los Caballeros, del Ejea (Zaragoza); el Complejo Deportivo San Jorge, del filial del Huesca; el Municipal de Tarazona, del equipo aragonés; el Complejo Deportivo Municipal Sagnier, del Prat; la zona deportiva La Bòbila-Pinetons, del Cerdanyola; el Estadi Municipal de Badalona, del C.F. Badalona; el Nuevo Cerdeña, el estadio de la Europa en el barrio de Gracia, de Barcelona; el Estadio Municipal de Can Misses, del CD Ibiza Islas Pitiusas; el Camp Municipal de Sa Plana- Andratx, del C.D. Andratx; el Campo Municipal de Deportes Santa Eulària de's Riu (Ibiza), del SCR Peña Deportiva; y el Camp Municipal D´Esports de Formentera, del C.D. Formentera, tiene superficie de hierba artificial.
Quienes han jugado al fútbol saben bien que no es lo mismo jugar en hierba natural que en césped artificial.
La mayoría de los futbolistas prefieren la hierba natural. La primera y más importante razón se debe a la posibilidad de ocurrirles una lesión. El estrés en el ligamento cruzado anterior (LCA) y otras articulaciones aumenta en un 45 por ciento al jugar sobre césped artificial, según un estudio.
Además, otros factores importantes como el calor excesivo y el rebote no natural del balón, afectan de manera significativa el rendimiento del juego sobre césped artificial.
Muchos profesionales y expertos en el juego manejan la teoría de que, cuando se juega en césped artificial, las diferencias que existen entre dos equipos son más pequeñas de lo que realmente son.
El juego en el césped artificial se realiza a una velocidad mucho mayor, por lo que a la mayoría de los equipos les resultará más difícil tener el control del balón y el juego como lo harían en un campo de césped natural.
Cuando no podemos controlar el balón como queremos, la táctica del juego se desmorona, y básicamente vemos a dos equipos corriendo detrás de un balón en un juego desordenado.
El césped artificial es más resistente en general a todas las condiciones climáticas y necesita menos mantenimiento.
