La Junta da visibilidad en Bruselas al papel clave de la Comunidad en el desarrollo del Corredor Atlántico
La Junta de Castilla y León ha asistido hoy al Foro del Corredor Atlántico en Bruselas para poner de relieve la importancia de que esta infraestructura estratégica se desarrolle con equilibrio territorial.
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En los contactos que ha mantenido, el delegado para el Corredor Atlántico y Redes Complementarias, Luis Fuentes, ha planteado la importancia de Castilla y León “como eje de conexión con el norte y el oeste de Europa, con la determinación de que el Gobierno de España dé pasos firmes para garantizar la ejecución del corredor en la Comunidad”.
Una parte sustancial del trazado del Corredor Atlántico discurre por el territorio de Castilla y León. De los casi 4.000 kilómetros que conforman este eje en España, 915 kilómetros —casi una cuarta parte del total— atraviesan la Comunidad, lo que la convierte en un elemento clave para su desarrollo eficaz a nivel europeo. Sin su integración plena, no sería posible alcanzar los objetivos marcados por la Unión Europea en materia de cohesión territorial y sostenibilidad.
El Corredor Atlántico se considera una herramienta estratégica para favorecer la competitividad económica, reforzar la actividad logística e industrial y contribuir al equilibrio territorial frente al desafío demográfico.
Las estimaciones disponibles apuntan a que su desarrollo completo generaría un incremento del producto interior bruto de 3.670 millones de euros, una reducción acumulada de emisiones de CO₂ cercana a los ocho millones de toneladas hasta 2040 y un ahorro en costes externos del orden de 480 millones de euros.
Asimismo, permitiría captar 5 millones de toneladas anuales adicionales de tráfico de mercancías en ese mismo horizonte temporal.
Desde la Consejería de Movilidad y Transformación Digital se muestra preocupación por la falta de avances tangibles de esta infraestructura en Castilla y León.
A pesar de que el Gobierno de España anunció que el Plan Director para Castilla y León se presentaría en el mes de marzo, actualmente no se dispone de dicho documento ni de un calendario claro de actuaciones e inversiones.
Esta situación contrasta con la de otras autonomías que ya cuentan con planificación específica, y resulta especialmente preocupante cuando restan apenas cinco años para alcanzar el horizonte 2030 fijado por la Unión Europea para la culminación del Corredor.
Desde el ámbito autonómico se viene reclamando un compromiso por parte de la Administración General del Estado.
En este contexto, se valora positivamente la coordinación entre comunidades del noroeste peninsular, que ha dado lugar a acuerdos conjuntos en defensa de un desarrollo equitativo del Corredor en esta parte del territorio.
El Corredor Atlántico se interpreta no solo como una red de transporte, sino como una oportunidad decisiva para garantizar el crecimiento económico y la vertebración de una zona fundamental en el conjunto del país.
En este sentido, se considera necesario un impulso decidido, con planificación, inversión y plazos concretos.
