Decálogo para combatir la obesidad infantil
Ante el creciente problema de la obesidad y el sobrepeso infantil, el modo de actuar de muchos progenitores españoles se caracteriza por una falta de conocimiento o de acierto para combatir esta situación. Cinfa ofrece un decálogo para conseguir combatir la obesidad.
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Según el V Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de salud de las familias españolas sobre nutrición infantil”, realizado en 2016, una tercera parte de los padres y madres que perciben en su hijo sobrepeso (36,8%) u obesidad (32,2%)* no toma las medidas adecuadas para ayudarles a alcanzar un peso saludable.
En vísperas del Día Universal de la Infancia -que se celebra el 20 de noviembre-, el doctor Julio Maset, experto médico de Cinfa, ha recalcado la importancia de no caer en la pasividad ante la existencia o riesgo de sobrepeso de los niños y anima a los padres a realizar cambios en los hábitos diarios relacionados con la alimentación y el ejercicio.
Pese a ello, como indica el estudio de Cinfa -avalado por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP)-, solo el 35,3% de los padres de niños con sobrepeso y el 45,6% de los que tienen hijos obesos acuden al pediatra para afrontar el problema.
El estilo de vida actual, marcado por las prisas y la falta de tiempo, contribuye a que los padres encuentren dificultades a la hora de elaborar menús equilibrados o de sentarse a la mesa con sus hijos, un aspecto clave para inculcar buenos hábitos nutricionales a los más pequeños.
En este sentido, desde Cinfa indican que el punto de partida que puede ayudar a las familias a lograr una nutrición sana es seguir la dieta mediterránea. Como recuerda el doctor Maset, “al incluir todos los grupos de alimentos en las cantidades y frecuencia recomendadas, esta dieta garantiza a nuestros hijos e hijas la energía y nutrientes que necesitan para su correcto desarrollo físico e intelectual de una forma muy equilibrada. Por desgracia, cada vez nos alejamos más de la dieta mediterránea, pero es más necesario que nunca volver a ella”, insiste.
La dieta mediterránea se caracteriza por un consumo bajo de carne (entre una y tres veces a la semana), moderado de pescado (más de tres veces a la semana) y alto de verdura (más de siete ocasiones semanales). Sin embargo, los resultados de la investigación de Cinfa dejan claro que a los padres todavía les queda mucho margen de mejora hasta reconducir su día a día en esa dirección: más de la mitad (51,9%) de los escolares españoles consume carne entre cuatro y siete veces a la semana; solo uno de cada cinco niños y niñas (21,3%) toma pescado con la frecuencia recomendada, y tan solo uno de cada diez (12,1%) come verdura en la cantidad que indican los expertos.
“No se trata de convertirnos en expertos nutricionistas, sino de esforzarnos por ajustar esas raciones y grupos de alimentos a las comidas de toda la familia, intentar incorporar medidas relacionadas con la actividad física y el descanso y, sobre todo, enseñar a comer bien y con sabores variados. La educación nutricional comienza en casa”, concluye el experto.
Diez claves para conseguir que nuestros hijos e hijas se alimenten bien:
- Recupera en casa la dieta mediterránea. La dieta española de toda la vida incluye todos los nutrientes que nuestros hijos necesitan para un correcto crecimiento, gracias a los alimentos de gran calidad nutricional de los que se compone: aceite de oliva, pescado, legumbres y cereales (pan, pasta y arroz), lácteos, huevos, frutas, verduras, yogur y frutos secos. Todos ellos admiten preparaciones muy atractivas para los pequeños. El agua será su mejor complemento.
- Asegúrate de que tus hijos comen cinco veces al día. Los pediatras y nutricionistas españoles recomiendan la distribución de la ingesta de calorías en cinco comidas diarias: un desayuno completo, almuerzo de media mañana, comida, merienda y cena a una hora temprana. De esta manera, se asegura la ingesta de todos los nutrientes necesarios y se evita el “picoteo” entre horas.
- Guíate por la pirámide alimentaria. Se trata de un instrumento muy útil a la hora de conocer las raciones de los alimentos y la frecuencia con la que nuestros hijos e hijas han de tomarlos. Explícasela y diseñad juntos menús que cumplan los criterios que esta marca.
- Evita los alimentos que engordan, pero no alimentan. El consumo de fritos, bollería, dulces y snacks debe constituir una excepción, pues contienen excesivos azúcares, grasas saturadas y sal, además de no aportar apenas micronutrientes. Lo mismo sucede con la comida rápida: no la conviertas en un rito semanal e intenta sustituirla por otras recetas apetecibles.
- Comed en familia. Organizad los horarios para poder comer juntos al menos una vez al día y aprovechad ese momento de reunión para charlar, compartir las experiencias del día, bromear y hacer planes. Y acuérdate de predicar con el ejemplo: los más pequeños observan e imitan los hábitos de los mayores y aprenden de ellos.
- En la mesa, aparcad el móvil y la televisión. La atención de niños y progenitores debe centrarse en la comida y en quienes se sientan a la mesa. Los dispositivos tecnológicos interrumpen o anulan la conversación familiar, por lo que es recomendable dedicar ese rato a hablar con los tuyos y dejar para otro momento los mensajes, el teléfono o la tele.
- Llévatelos a hacer la compra. Pídeles ayuda para elaborar la lista y, una vez en el supermercado, que se hagan cargo de una parte. Enseña a los más mayores a interpretar las etiquetas y comenta con ellos los valores nutricionales de los productos.
- Prepara los alimentos de maneras diversas y pídeles que cocinen contigo. Alternar asados, hervidos, a la plancha, guisados o incluso crudos en gazpachos y ensaladas garantizará que la comida se convierta en un hábito variado y estimulante y educará su paladar en cuanto a sabores. Enséñales algunas técnicas culinarias sencillas o divertidas y pídeles que te ayuden a decorar los platos; aprenderán que un pescado o una verdura pueden ser sabrosos y atractivos.
- Ponles en movimiento. Anima a tus hijos a realizar ejercicio y a reducir el número de horas que pasan frente a la televisión o los videojuegos. Sobre todo, aliéntales a llevar una vida activa, en la que caminen, paseen o suban escaleras de manera cotidiana y en la que tú seas su mejor ejemplo.
- Asegúrate de que duermen más de diez horas. Las sociedades científicas recomiendan que los escolares de entre 6 y 12 años duerman más de diez horas diarias, como un arma más para combatir el sobrepeso. Los niños y niñas necesitan descansar bien para afrontar su jornada de juegos y escuela. En este sentido, cenar a una hora temprana ayuda a que el sueño sea más profundo y reparador.