Licitada supervisión técnica de restauración de San Saturio
La Junta de Castilla y León ha publicado la licitación la supervisión técnica para los trabajos de restauración de las pinturas murales, revestimientos y bienes muebles de la ermita de San Saturio, en Soria, por un importe de 35.048,99 euros.
Soria ¡Ya! demanda medidas para mejorar sanidad
Premiados en VII Fase Local de Olimpiada de Economía
El plazo para la presentación de ofertas finaliza el 28 de abril a las 23.59 horas.
La supervisión técnica licitada ahora acompaña a los trabajos de restauración general de las pinturas murales, revestimientos y bienes muebles de San Saturio, que comprenden la nave de la ermita y el espacio de la sacristía tras el retablo mayor.
La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte licitó esta intervención, todavía pendiente de adjudicación, el pasado mes de enero, con un presupuesto de 1.086.809,17 euros.
El plazo de ejecución para ambas actuaciones, que discurrirán de forma paralela, será de catorce meses.
Estas intervenciones se encuadran en el protocolo establecido entre la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, el Ayuntamiento de Soria y el Obispado de Osma-Soria para la restauración de la emblemática ermita soriana, que data de 1964, cuando la ciudad acordó reedificar una iglesia de nueva planta con el concierto de todos los vecinos, colgada sobre un roquedal junto al Duero.
El edificio fue diseñado por el arquitecto Pedro Ajín y la construcción fue ejecutada por Julián Domingo Izaguirre.
Se trata de un templo barroco de planta octogonal enmarcada en un óvalo, cubierta por una cúpula de ocho plementos y linterna.
En los frescos de sus paredes está representada la historia de San Saturio, patrón de la ciudad.
En dos de sus paños, se pude contemplar la silueta del Castillo de Soria, tal como estaba antes de su destrucción.
Esta obra fue realizada por Juan Zapata Ferrer entre los años 1704 y 1708, el pintor soriano del barroco más destacado.
Las pinturas murales, debido a la peculiaridad y complejidad de la edificación que las alberga, han sufrido un deterioro constante.
Las numerosas intervenciones, dos de ellas de gran envergadura, motivan los repintes y retoques pictóricos abundantes.
Los problemas de origen externo hay que buscarlos en la ubicación de la ermita en una zona escarpada, a media ladera de la sierra.
Un foco de deterioro constante se localiza también en la linterna por su alta exposición a las inclemencias climáticas.
Otra zona muy afectada es el muro oeste, en el paramento y el trampantojo de la Puerta del ermitaño, que ya fue repintada en 1947.
Además, la acción humana a lo largo de la vida material de este bien ha sido causa directa de deterioros, con intenciones casi siempre conservativas y con resultados más o menos acertados.
El principal daño y con efecto más perjudicial identificado actualmente son los barnices con resina acrílica, empleados como producto de consolidación y capa de protección.
Todo esto es principalmente consecuencia de las intervenciones de restauración, bastante exhaustivas, que se llevaron a cabo en 1940 y 1977.
La importancia social y el estado de deterioro que presenta el bien plantean la intervención de restauración que abarque sus paramentos pintados y el conjunto de bienes muebles que conforman la imagen de conjunto interior de esta ermita.