Las torrijas llegan a los escaparates de las pastelerías
Las torrijas vuelven a abrirse paso en los escaparates de las pastelerías de la Asociación Soriana de Empresarios de Confitería, Pastelería, Bollería y Repostería (ASEC), anunciando la proximidad de la Semana Santa.
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Los pasteleros artesanos de la provincia mantienen la larga tradición familiar de celebrar la Pasión con este dulce, que ha animado durante siglos la costumbre del ayuno y la abstinencia de carne en estas fechas y los sobrios menús con los que históricamente se han celebrado.
Pan, leche (o vino), azúcar, huevos, canela y aceite son la base de una receta que admite otros ingredientes ‘secretos’ que diferencian las torrijas de los distintos obradores que las elaboran.
Las largas jornadas de trabajo y las obligaciones de la sociedad actual han cambiado los hábitos de consumo. Hoy, las laboriosas torrijas han abandonado las cocinas de muchos hogares sorianos para ser adquiridas en las pastelerías, que en Soria las ofrecen por miles.
Más de 4.000 unidades pone a la venta Mantequerías York, que mantiene la receta desde 1957.
Sus torrijas están reconocidas por los críticos gastronómicos que, como los de El País, las incluyen en su ‘Ruta de las torrijas de España’.
La tradición trasciende la mera elaboración en algunas ocasiones. Es el caso de la Confitería Almarza, en Almazán, donde su propietaria, Celina Almarza, sólo pone las torrijas a la venta el Jueves Santo.
Premio de Comercio Tradicional de la Junta de Castilla y León 2018, la Confitería Almarza está próxima a cumplir 200 años de existencia, aunque la receta de sus torrijas es mucho más reciente. “Las hacemos sólo desde hace cuatro años”, reconoce la titular, que las acompaña con limonada casera, esa sí de larga tradición: “con la receta de la abuela”.
También en Almazán, Rafael Gil Borjabad de Yemas Gil, elabora limonada con “la receta de su abuela” para acompañar las más de 700 unidades de torrijas que vende todos los años.
“Ahora se compran más y se hacen menos en casa”, reconoce Gil, que destaca de sus creaciones la calidad del pan y la leche que utilizan, así como “el calado” que realizan desde 1957
“Las monas son típicas de Cataluña, donde los padrinos se las regalan a los ahijados, aquí la tradición nos llega de soslayo, no es especialmente tradicional en Castilla y León, pero el producto tiene aceptación, reconoce Martínez Zamora.
Como todos los dulces artesanos, las monas son “laboriosas” y su secreto es tener un oficial ‘manitas’.
Los artesanos fundaron la Asociación Soriana de Empresarios de Confitería, Pastelería, Bollería y Repostería (ASEC) en 1978. Miembros de la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES), en la actualidad trabajan en la elaboración de productos diferenciados y han conseguido que buena parte de sus creaciones sean seña de identidad de la gastronomía soriana.