Estampas a color sobre las atrocidades de la guerra civil
"Navarra 1936", exposición de José Ramón Urtasun
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La X Semana de la Memoria Histórica y los Derechos Humanos Giulia Tamayo (SMH) inaugura esta tarde en el centro cultural Palacio de la Audiencia (19:30 horas) la exposición de José Ramón Urtasun, “Navarra 1936”, una colección de 27 estampas a color sobre las atrocidades de la guerra civil en Navarra, se diría un brutal romance de ciegos sobre nuestra memoria histórica.
En la Sala B del mismo centro cultural, el sábado 29 a las 12:30 horas, se presentará RecordArte, una exposición de artistas sorianos sobre la Memoria Histórica.
En ella participarán Eva Carballes, Julián Ratatine, Susana Soria, Julián G. de la Mata, Anna Turbau, Julita Romera y Sr. Arribas ,entre otros.
La inauguración contará con una visita guiada en la que los artistas explicarán sus obras. La muestra se acompañará de los carteles, de Francisco Castro Berrojo, de las 10 ediciones de la SMH.
En este trabajo sobre la memoria histórica, Urtasun, según destaca Iñaki Arzoz en la presentación de la muestra, después de diversos ensayos y por necesidades del propio proyecto, ha optado por un enfoque plástico que recuerda a la pintura alemana de entreguerras, en su busca del (im)posible ideal de una expresividad crítica que ahora nos resulta tan contemporánea.
No tanto en relación a la pintura actual -demasiado ensimismada en problemas formales o conceptuales- como en su conexión con los géneros figurativos más populares de la novela gráfica, la ilustración o el arte urbano.
En las estampas de Urtasun, de manera consciente o casual, late la rabia antimilitarista de los grabados de Otto Dix, el retrato burlesco de la burguesía alemana de las acuarelas de George Grosz y la denuncia alegórica contra el nazismo de los collages de John Heartfield. Esta mixtura, actualizada por la trayectoria y los talentos de Urtasun, resulta perturbadora.
El Grand Guignol sangriento de estas estampas intenta equilibrar una pedagogía del horror sin edulcoramientos y la máxima expresividad plástica. Convive la reconstrucción objetivista de escenarios e incidentes -extremadamente precisa en la arquitectura o los ropajes de la época-, con la deformidad simbólica de los personajes, en las muecas de los matones o los rostros macilentos de los dirigentes. La vena grotesca revienta las costuras del proyecto aquí y allá, pero sin llegar a desfondarlo.
Hay en todo ello un propósito estratégico por parte del artista: conmover al espectador con la microhistoria de la barbarie –cuando las anécdotas se convierten en categorías morales- sin renunciar a comentarla, devolviendo color y vida a la triste historia oficial en blanco y negro que nos han contado.