Diputación abre los diez CEAS de la provincia como centros violeta
La Diputación provincial incidirá en su nueva campaña en las mujeres que sufren violencia machista y convertirá sus diez centros de acción social en puntos violeta donde ayudar a las posibles víctimas de esta lacra social.
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Laura Prieto, responsable de Servicios Sociales en la Diputación provincial, ha presentado la nueva campaña y acciones para el Día Internacional.
Prieto ha señalado la existencia de diez centros de asistencia social para atender la emergencia de cualquier situación de violencia, con reserva de datos
En este sentido ha recordado que cada año la Diputación aumenta acciones para combatir esta lacra.
En 2023, la campaña consiguió superar expectativas, con más de 50.000 visualizaciones de videos y que obliga a seguir siendo imaginativo para llegar a distintos colectivos y tramos de edad.
Música, psicología, talleres en institutos… pero aun así se ven que datos sobre violencia machista cada vez siguen subiendo.
“Hemos decidido hacer otro tipo de intervención con talleres de defensa personal para mujer del medio rural. Hay que preparar a mujeres para ser capaces de defenderse ante posible agresión”, ha señalado
El número de victimas, 52 en 2023, y en este año, 41, tras la última registrada esta jornada, indican a las claras que este problema no cesa en la sociedad española y soriana
“No hay que normalizar estas cifras y por eso esta campaña tiene un enfoque diferente. Se dirige a un foco diferente. El objeto es directamente las mujeres que están sufriendo o han sufrido violencia. Aquellas que sienten que no hay salida”, ha explicado.
La campaña lleva título de “flores cortadas” donde se quiere abordar los periodos de sufrimiento y perdida que atraviesan muchas mujeres víctimas de violencia.
“Cada flor simboliza una mujer que ha sufrido violencia. Con un deterioro físico y mental, y con pérdida. Cada flor representa a su ve el valor y la capacidad de renacer. Queremos que no solo visualice violencia machista sino que sirva como mano tendida para las mujeres que la están sufriendo”, ha subrayado.
La Diputación cuenta con 40 profesionales para concienciar con esta campaña, financiada por acuerdo marco firmado con la Junta.
Prieto ha señalado que es el momento de trasladar que los centros de asistencia social (CEAS). son además lugares seguros y por ello se ha implementado una red de puntos violetas, una puerta entrada a los servicios sociales donde se derivan a los especializados.
“Es un espacio donde encontrar un punto de referencia para tratar y buscar una solución a la violencia machista”, ha emplazado.
La atención está protocolizada y el técnico decide si hay que tramitar o no la denuncia por violencia de género.
Declaración institucional de la FEMP en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Hoy, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conscientes de que la violencia que sufren las mujeres y niñas por el hecho de serlo sigue siendo un problema estructural que atraviesa fronteras, culturas y circunstancias, Los Ayuntamientos, Diputaciones, Cabildos y Consejos Insulares nos unimos para reafirmar nuestro compromiso con la lucha por la igualdad y la dignidad.
La erradicación de la violencia contra las mujeres es una tarea que nos corresponde a toda la sociedad como parte de un esfuerzo colectivo para transformar las estructuras que perpetúan el machismo y la desigualdad, evitando caer en los discursos negacionistas, porque a pesar de los desarrollos legislativos en España, aún queda mucho por hacer.
Es imprescindible que toda la sociedad se una en la condena de la violencia machista en todas sus manifestaciones, y que trabajemos colectivamente para construir un futuro en el que ninguna mujer deba vivir con miedo. Solo con el compromiso activo de todos y todas podremos erradicar este fenómeno estructural.
Desde el año 2003, en España más de 1.279 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, y en lo que llevamos de año, 24 menores se han quedado huérfanos.
A esta tragedia debemos sumar las innumerables violencias cotidianas que permanecen muchas veces invisibles y silenciadas: la violencia económica que priva a las mujeres de su independencia; la violencia vicaria, donde los hijos e hijas son utilizados como instrumentos de sufrimiento; la violencia digital, que se manifiesta en amenazas, acoso y chantaje en el entorno virtual; y la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, una de las formas más crueles de esclavitud contemporánea.
No podemos olvidar tampoco el uso de la sumisión química, una práctica deplorable que convierte a las víctimas en objetos sin voluntad para ser violentadas impunemente.
Tampoco podemos ignorar las formas extremas de violencia que se agravan en contextos de guerra y conflicto armado, donde mujeres y niñas son utilizadas como armas de guerra, sufriendo violaciones, abusos y esclavitud sexual, crímenes que con demasiada frecuencia quedan impunes. Estas atrocidades nos exigen reforzar nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos y la protección de las víctimas, exigiendo justicia y reparación en todas las partes del mundo. En un día como hoy, recordamos especialmente a las mujeres y niñas de Afganistán, a quienes las nuevas leyes del régimen talibán han privado aún más de libertad, recluyéndolas en sus hogares, sin acceso a la educación, al trabajo ni a la vida pública.
Esta regresión de derechos es un doloroso recordatorio de que la lucha por la igualdad y la justicia no puede cesar, y que la comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para asegurar que los derechos de las mujeres no sean socavados ni silenciados en ninguna parte del mundo.
Este año, nos congratulamos de un avance crucial en el ámbito europeo: la Directiva 2024/1385 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de mayo de 2024, sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Es una norma que marca un hito en la protección de los derechos de las mujeres, estableciendo medidas para combatir la violencia de género y garantizar el acceso a la justicia y la protección de las víctimas y obliga a los Estados miembros a adoptar medidas que fortalezcan los servicios de apoyo, aseguren una adecuada respuesta penal mediante la tipificación de nuevos delitos -como, por ejemplo, el ciberacoso- y que promuevan la cooperación transfronteriza, garantizando que ninguna mujer quede desprotegida por las fronteras internacionales.
Por este motivo, instamos al Gobierno de España a proceder cuanto antes a la trasposición de esta directiva al ordenamiento jurídico y normativo nacional, con el fin de garantizar que las víctimas de violencia de género reciban toda la atención y protección necesarias, de acuerdo con los estándares europeos. Esta implementación es fundamental para asegurar la plena efectividad de los derechos reconocidos a las víctimas en el ámbito comunitario, consolidando así el marco normativo que refuerza su protección y asistencia integral en el territorio español.
Los ayuntamientos, a través de la FEMP, nos comprometemos firmemente a seguir mejorando la coordinación entre las distintas instituciones implicadas en la lucha contra la violencia de género, para asegurar que las víctimas reciban el apoyo integral que necesitan para superar la violencia sufrida. Asimismo, instamos a todas las administraciones competentes a redoblar esfuerzos en la formación continua de los profesionales que intervienen en la atención a las víctimas, con el fin de garantizar una respuesta especializada y de calidad que cubra todas sus necesidades desde un enfoque integral y multidisciplinar.
Por ello, hacemos un llamamiento a todas las Entidades Locales para adherirse a esta declaración y sumarse a este esfuerzo conjunto por una sociedad más justa, libre de violencia y verdaderamente igualitaria. Hoy, más que nunca, es nuestra responsabilidad denunciar públicamente todas las formas de violencia contra la mujer, para que el silencio y la complicidad no tengan cabida en nuestra sociedad. Es hora de que la vergüenza recaiga donde debe estar: en quienes ejercen la violencia, no en quienes la sufren.