Arrojo pide cuidar los acuíferos
El evento del pasado 3 de diciembre quedará grabado en la historia de la asociación Hacendera como el cálido y brillante primer Diálogo organizado de la serie Conocer para cuidar que llevaba por título Cuidar el
agua, proteger la vida.
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Video resumen: https://www.youtube.com/watch?v=JQOXH4QrTBs
En él confluyeron, por un lado, el pensamiento agudo, depurado y la palabra clara y verdadera de los ponentes: Pedro Arrojo, relator especial de la ONU para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento y Joaquín Araujo, escritor, periodista, naturalista, divulgador y agricultor.
Y por otro, la atenta escucha de un nutrido público que llenó el salón Gerardo Diego del Círculo Amistad Numancia de Soria.
Aquellos que no pudieron entrar lo pudieron seguir en directo a través de las redes.
Pronto la magia se apoderó del encuentro. Y las sabias semillas de conocimiento y reflexión de los ponentes sembraron los corazones y los cerebros de los asistentes en medio de un silencio presencial, “cuasi religioso” que flotaba en la sala. Un silencio ávido de captarlo todo, de aprehenderlo y guardarlo dentro.
Quién sabe, quizás hoy, gracias a ellas, haya aumentado en Soria la conciencia social del cuidado del agua en nuestro territorio, un bien esencial amenazado.
“CUIDEMOS LOS ACUÍFEROS: PULMÓN HÍDRICO Y RESERVA ESTRATÉGICA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO”
///Pedro Arrojo///
Ante el cambio climático y los golpes de graves sequías que vendrán hay que buscar la resiliencia, es decir, la capacidad de adaptarnos a la nueva situación con el menor daño posible para las personas. Eso supone garantizar el buen estado de los ecosistemas que aseguren el funcionamiento del ciclo hídrico. En este escenario, los ríos, lo que mejor se conoce, son sólo la punta del iceberg y la parte realmente importante es la que no se ve: las masas de agua subterránea, los acuíferos, que son los pulmones hídricos de la naturaleza. Y, por ser la parte que no se ve, son los grandes desconocidos; los de Soria también. Solo hace unos quince años que se incorporaron hidrogeólogos a las Confederaciones Hidrográficas para su análisis y valoración donde antes solo había ingenieros de caminos que únicamente se ocupaban de “lo que se veía”.
Los manantiales y muchos ríos son los puntos de descarga de los acuíferos. Si estos desaguaderos están en la parte superior del acuífero, basta un pequeño descenso de su nivel, para que las fuentes dejen de manar y para que los ríos no puedan mantener su caudal ecológico. El cuerpo de ingenieros del estado (CEDEX) prevé que, suponiendo que se cumplan los acuerdos de París, la escorrentía y la infiltración de las aguas a los acuíferos disminuirá en España de media un 24 por ciento y, según cuencas, hasta el 40 por ciento en los próximos años.
Dado que los acuerdos de París sobre cambio climático no son vinculantes y que la probabilidad de que no se cumplan es altísima, el escenario previsto será peor todavía. Por esta razón, la planificación hidrológica de las Confederaciones Hidrográficas ya no se hace mirando hacia atrás y tomando como media los valores de los últimos cuarenta años, sino teniendo en cuenta el escenario de cambio climático
y contando con que, en un futuro ya desgraciadamente muy próximo, el agua disponible en la naturaleza disminuirá al menos un 20 o un 30 %. Una política hídrica adecuada al futuro de un territorio requiere el estudio en profundidad del funcionamiento de los acuíferos, no sólo de la cantidad de agua que contienen, y tener muy presente el contexto de cambio climático en el que estamos inmersos. Lo contrario supondría una imprudencia y poner en gran riesgo el futuro de dicho territorio.
La precisión del Relator al respecto: “Para cuando lleguen los grandes periodos de sequía que ya está trayendo el cambio climático y que serán más duros, más largos, y más intensos ¡Cuidad los acuíferos! Cuidadlos para que sigan alimentando la vida en los ríos, pero también para que sean las reservas estratégicas para alimentar nuestras necesidades agrarias, pecuarias y urbanas porque ni el más grande de los embalses nos servirá en esas circunstancias. Los acuíferos son la principal garantía de vida frente al cambio climático. Los acuíferos son la clave, el seguro de vida”.
“La prioridad máxima de la legislación europea, y por tanto el objetivo de la Directiva Marco del Agua y de la nueva Directiva del Agua potable, pendiente todavía su transposición a las leyes españolas, es recuperar el buen estado ecológico de los acuíferos y de los ríos de un país, por delante del desarrollo del PIB”.
Señaló que hay un factor que empeora gravemente la situación: la progresiva tendencia a considerar el agua como un negocio y entrar en la dinámica de la privatización, la mercantilización y la financiación de la misma, llegando ya a cotizar en bolsa, en los mercados de futuro de Wall Street. Una dinámica muy peligrosa pues acelera la crisis, convierte el agua en un puro bien económico y a la ciudadanía en una mera clientela.
Por otro lado, afirmó que hemos transformado el agua, el “alma azul de la vida”, en el vector de contaminación y muerte más terrible que jamás conoció la humanidad “¡vergüenza planetaria
en pleno siglo XXI!”. Ahora la cuestión más importante no es tanto la cantidad, sino la calidad. Cuando la contaminación se produce en los acuíferos subterráneos es mucho más grave que en los ríos porque su descontaminación es muy lenta y difícil. Puede durar décadas.
Habló el Relator de cómo los metales pesados en el agua se convierten en contaminantes “insidiosos” pues, como no se ven, van envenenando lentamente a la población reduciendo la vida de las personas.
Así mismo, afirmó que la contaminación de las macroexplotaciones ganaderas intensivas está garantizada ya que no hay tecnología para depurar el agua de estas macrogranjas. Estas explotaciones siguen el modelo chino: purines vertidos de forma incontrolada y abusiva que generan grave contaminación del suelo y de las aguas con nitratos, de gran toxicidad sobre todo para los niños, y también con los fármacos que se hipermedica al ganado. Para evitar el contagio de enfermedades entre los miles de animales que viven hacinados, se les administra antibióticos de forma preventiva. Esos antibióticos pasan a la orina y de ahí a contaminar el agua. Recientemente han sido reconocidos por Europa como contaminantes graves porque generan resistencias bacterianas, es decir bacterias que nos enferman y a las que no podemos combatir con antibióticos.
Según la OMS serán la mayor causa de muerte, por encima del cáncer, en 2050. E indicó que, frente al modelo de ganadería intensiva, la alternativa es el modelo de granjas de mediano y pequeño tamaño integradas en el territorio en las que la cabaña ganadera está bien dimensionada en relación al terreno disponible para la dispersión de purines. En este caso, su dispersión es rentable porque se hace en cercanía y beneficiosa para la agricultura del entorno. Los purines dejan de ser un residuo problemático y contaminante para convertirse en un buen abono que restituye fertilidad al suelo.
Finalmente, Arrojo describió los diferentes usos del agua e incidió en que sus valores no son comparables.
n 1_ El agua para la vida: el primero y de máxima prioridad. Agua potable necesaria para vivir con dignidad, la que necesitan las comunidades más vulnerables para producir sus alimentos y la que necesita la naturaleza para mantener el buen estado de los acuíferos y los ríos.
n 2_ El agua para usos de interés general de la sociedad.
n 3_ El agua para actividades económicas siempre que no se ponga en riesgo la salud de las personas y la sostenibilidad de la vida.
n 4_ El “agua delito”: aquella que es usada para producir beneficios para unos pocos y resulta en el envenenamiento del agua para la mayoría y en la destrucción de la sostenibilidad de la vida.
Esto no es legítimo, no debe ser legal y debe ser evitado a toda costa.
Bajo este enfoque general, cerró su intervención invitando a los asistentes a reflexionar sobre nuestra vida y nuestra salud, sobre el tipo de modelo de desarrollo que queremos para nuestro
territorio y sobre lo que es prioritario cuando es del agua de lo que hablamos.