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TRIBUNA / Y así todo el rato

Ángel Coronado incide en este artículo de opinión en los equívocos que genera el que se disfrace como bueno lo que racionalmente no lo es. Pone como ejemplo el proyecto de macrovaquería de Noviercas.

TRIBUNA / Y así todo el rato 

Si  la comedia quiere dejar de serlo para convertirse en cosa seria, debería completar su nombre de alguna manera. Divina la imaginó Dante. A solas, la comedia da risa. Dile a San Pedro que se pase por el infierno y a ver lo que dice. Dile a Barrabás que se pase por el paraíso y ya verás. Dile al lobo que se ponga una caperucita roja y a buscar fresas del bosque para la abuelita. O a Santo Tomás, que se deje de ver, oír, oler, gustar y tocar, que se lo crea todo. Y no es que digamos que la risa es mala. No es ni mala ni buena. Es risa y se acabó.

Lo malo no es eso, de haber alguna cosa mala, porque de haberla, seguro que hay otra buena. Lo malo es que ambos extremos se hagan amigotes. Y esta hecatombe se puede decir, como todos sabemos, de dos maneras. El demonio con minúscula se pasearía por las nubes tanto como el señor sin mayúscula por el averno. Vamos, que entre la cara y la cruz, hechas una piña, adiós moneda. Se acabó la moneda. Todo bueno, todo malo, todo es nada tanto como nada es todo. No hace tanto que la Diputación de por entonces, queriendo evitar el incendio de una bacteria tuberculosa, quemó el pequeño bosquecillo de vacas negras sorianas del que cuidaba en Taniñe (Soria)

Y eso no puede ser. Yo empezaría por dejar en paz a Santo Tomás. Ni le pondría pinzas en la nariz ni vendas en los ojos ni nada de nada. Le dejaría en paz. ¿Una llaga en el costado? Pues que venga un médico y lo diga. ¿Un mal olor en cualquier axila? Pues que venga un catador de olores y lo diga. ¿Un perfume parisino? Pues que lo diga ese mismo catador. ¿Una gallina que quiere darle un recado a la zorra? Pues no, gallinita, no, que la zorra puede hacerte pupa. ¿Un lobo que asoma la patita previamente apañada con vaya usted a saber la sustancia, blanca, sí, pero vaya usted a saber, por debajo de la puerta? Pues no le abro, pues no le abro, que no y que no. Y así todo el rato.

Yo no digo nada ni en contra ni a favor de lo que yo pueda pensar acerca de si una llaga en el costado de alguien a causa de una brutal lanzada duele o no duele. Yo no sé si 23.000 vacas lecheras juntas cagan y mean tanto y cuanto el orinal en que lo hacen puede asumirlo. Yo no soy técnico en purines ni en acuíferos. Tampoco sé acerca de si una enorme letrina da trabajo a tanta gente como ahuyenta o atraen las emanaciones odoríferas que la rosa de los vientos dispersa con tanta eficacia hacia el norte, sur, este y oeste. Tampoco tengo idea de si las razones por la cuales al ayuntamiento de Caparroso han llegado muchas denuncias de malos olores a causa de menos vacas. Tampoco soy experto en acuíferos. Cuando tengo algún problema en ese tema acudo al santo Tomás de turno, que para eso están las CH (confederaciones hidrográficas). Yo no digo nada, ya digo, ni de todas esas cosas ni tampoco de las que dicen las gallinas que quieren visitar a la zorra ni a la zorra que quiere visitar a la gallina ni tampoco a la gallina que se disfraza de zorra pero se la ven por debajo dos patitas en lugar de cuatro.

Es cierto que la ciencia se equivoca, pero nunca en la misma piedra. Es cierto que el sentido común escasea de vez en cuando, pero siempre hay algún testigo que, como santo Tomás, está dispuesto a bajarse de la nube para ver, oír, oler, gustar y tocar y decirle a la zorra, y al lobo y a la gallina que cada uno es lo que es y no vale disfrazarse. El disfraz para carnaval, la risa, la comedia, la fiesta y ojo con la pandemia, que no solo ataca en caso de botellón. Dicen los entendidos, que yo en eso tampoco entro, que si un virus entra en una granja de lo que sea, acaba con lo que sea. Un dato. Insisto en lo de Taniñe (Soria), porque es un buen ejemplo de lo pernicioso que resulta que lo malo se disfrace de bueno y lo bueno de malo. No hace mucho, decía, cuando lo de la vaca negra soriana en peligro de extinción, decía, se atiende cariñosamente por parte de la Diputación (buena) de por entonces en Taniñe (Soria) a cuenta de la biodiversidad o no sé qué, a esas vacas cuando, de pronto, se cruza todo ello con una bacteria tuberculosa y bovina. Ni corta ni perezosa la Diputación (mala ella) tala el bosque para evitar el incendio. Yo no digo nada, pero veo en Noviercas a 23.000 vacas lecheras sacrificadas. Pero no, ni el señor de Odieta es la Diputación de Soria ni la vaca lechera es la vaca negra soriana ni la pasta de la Diputación, es decir, la de todos nosotros, es la pasta del señor de Odieta. Lo que veo es a la vaca y a su leche y a su mierda antibióticas perdidas en una especie de UCI perpetua. Fin del dato.

Yo siempre me tropiezo con el inefable M. Rajoy en eso de que un vaso es un vaso y un plato es un plato. Porque estoy convencido que aunque la mona se vista de seda, mona se queda, Señores, la mona es la mona, la gallina es la gallina y la zorra es la zorra, por muchas vueltas que le demos.

Fdo. Ángel Coronado

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