La ermita del cañón reabre sus puertas
La ermita de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos, reabre este sábado sus puertas para recibir a turistas y visitantes.
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El monumento es, junto con la Catedral de la Villa episcopal de El Burgo de Osma, el más visitado de la Diócesis oxomense-soriana.
Hasta mediados de julio, la ermita sólo se podrá visitar los fines de semana: los viernes de 17 h. a 19 h., los sábados de 11 h. a 15 h. y de 17 h. a 19 h., y los domingos de 11 h. a 15 h.
A partir del sábado 17 de julio la ermita abrirá de martes a sábado de 11 h. a 15 h. y de 17 h. a 19 h., y los domingos de 11 h. a 15 h., permaneciendo cerrada los domingos por la tarde y los lunes.
“Desde la parroquia de Ucero, encargada del cuidado y la gestión de la ermita, pedimos un pequeño donativo de 1€ a los visitantes”, ha afirmado José Sala Pérez, uno de los presbíteros encargados de la zona, “cantidad que va destinada íntegramente para el mantenimiento del templo”.
Y es que, como ha recordado el párroco, “gracias al euro solidario el año pasado pudimos acometer obras de mejora en la ermita por valor de 115.000€”.
La ermita, que conserva en su interior la venerada imagen de la Virgen de la Salud, fue construida en las primeras décadas del S. XIII, en estilo románico muy tardío y sobrio, al gusto cisterciense.
Todo el edificio es de perfecta sillería. Posee planta de cruz latina con crucero más bajo que la nave y ábside semicircular.
El ábside es muy sobrio con dos pilastras a modo de columnas y ventanales de arco de medio punto rodeado por guardapolvos con puntas de diamante.
También tiene estas pilastras en la unión con el presbiterio. Los hastiales del crucero llevan sendos óculos circulares con tres roscas y hermosas celosías. A pesar de su trazado sencillo, las formas geométricas trazadas son diversas. Cinco corazones entrelazados dibujan interiormente una estrella de cinco puntas invertida cuyo corazón es un pentágono.
La puerta meridional tiene seis arquivoltas apuntadas con decoración de baquetones, puntas de diamante y rosetas, además de seis columnas cuyos capiteles tiene cabecillas humanas entre flores y hojas.
Los canecillos de la ermita son figurados, mostrando objetos simbólicos como el sol, la luna, crismones, parejas de personajes en diferentes actitudes, cabezas humanas, etc. En el interior, la bóveda de la nave es de cañón muy apuntado y la del ábside lleva nervios apuntados protogóticos.