ROOT | Opinión

Ubi sunt los salvadores rurales?

Lunes, 13 Octubre 2025 19:51

Juana Largo se pregunta en este artículo de opinión dónde están los que un día pregonaron el retorno a la tierra, al medio rural, desde las grandes urbes. 

Igualdad de armas y ¿subsanación posible, o no?

Ubi sunt los salvadores rurales?

La Cosa empezó allá por los setenta, década de tantos eventos liberales y en la cual se buscaban todo tipo de aportaciones en aras de la libertad y no solo de los movimientos hippies, sino también en relación con pragmáticas constructivas de nuestra democracia liberal que hasta se planteaba, la tal, el poder ingresar en el mundo del comunismo de la URSS ante la dicotomía oriente-occidente.

Por los setenta recuerda la que suscribe que incluso a Soria llegaban o se acercaban estímulos de ansia de desabrochamiento y de quitarse los corsés. Ya no era bastante con los sesenta, sino que en los setenta la Utopía debía tomar tierra e instalarnos a todos en el campo de los justos. Y por supuesto, no se contaba con que pudiera fracasar un régimen tan bien trabado en lo soviético como se daba el que había, el cual, ante la predominancia de los USA, no podía fallar: mientras hubiera USA no habría de fracasar lo oriental. Y además se daba el caso de que toda la juventud estaba muy de acuerdo en hacer poemas, al estilo de Allen Ginsberg o al de quien fuera, Ginsberg tenía la tienda petada ya. En fin, que eran otros tiempos.

Eran otros tiempos, pero los problemas ecologistas se planteaban ante una reciente marcha de gentes de los pueblos de España a las grandes urbes industriales y dejando el pueblo de su nacimiento y de sus primeros años abandonado. Y eran muchos ya los pueblos abandonados, pero hasta el punto de dar indicios de que la gente de los pueblos, por abandonarlos, tenía prisa, mucha prisa, como pasaba en muchos pueblos que se dejaban abierta hasta la puerta y la ventana de la escuela, que habían dejado de utilizar hacía una semana para irse a las grandes ciudades y poblaciones en  las cuales, el trabajo no es que fuera mejor, sino solamente distinto, el caso era que en España se cumplía como un hado en el cual los pobres eran los pueblos que nos habían alimentado y los ricos los de las capitales… 

Todo era una utopía, otra vez, pero bien cierto es que, por ejemplo, Soria y Castilla bajaron mucho en su población…

Por esto no fue una sorpresa que, sobre todo del ámbito de esas grandes urbes, se hablara ahora de naturaleza y de ecología y de recuperar el medio rural. Y por supuesto, todos nos dábamos cuenta de que, como diría citando José María Martínez Laseca, o mismamente, Concha de Marco, “quien pierde sus raíces, pierde su identidad”.

La identidad no la íbamos a perder, aunque no fuera más que porque figuraba en el DNI, pero el “retorno a la naturaleza, al campo y al pueblo” se convirtió en un lema que, si no se dio cumplimiento en aquellos años, quedaría para unos pocos después, antes de dar el salto a la Política con la “España Vaciada”.

Porque, en los noventa y ya después, se dio una revolución, en pequeño, que fue “antiurbanita”, acabando sobre todo en cuanto acabó la famosa serie televisiva de Valdelavilla. El ser conscientes nos decía que habíamos vivido un periodo importante sociológicamente y que se había podido volver al pueblo, a los pueblos.

Hoy en día parece que ese fenómeno da la impresión de que se encuentra de capa caída, y que, aquellos antiurbanitas que pregonaban el regreso a la madre tierra y aquellos que hacían de adalides en el tema, sobre todo muchos artistas y filósofos, que fardaba de ese regreso, y hasta aparecían en los medios de comunicación como modelos de una reintegración aconsejable, han vuelto a fallar con su instinto “fauve” y que volvemos a las andadas: No se regresa a la tierra. Se está muy bien en lo urbano, que es donde, al fin y a la postre se está muy bien con internet y con que el periódico cada mañana está seguro en el kiosko cercano, y el pan y la leche…, y donde hay gente, no como esos desiertos abisales de montes y de pueblos desiertos donde, en realidad, no se puede vivir durante todo el año.

El mito se ha roto, el mito, su estatuilla, ha sido derribada por los iconoclastas y damos la vuelta otra vez para retornar a las urbes. Los “salvadores de lo rural”  y de los pueblos, con su romanticismo, parece ser que se han echado atrás, al fin y al cabo, somos como los bueyes, que somos de donde pacemos… Y en cierto modo, esto está bien, porque nos proponemos mejoras para las urbes y para las calles, pero en cuanto a ideogramas, resulta que el ideograma de los pueblos, por su soledad y carencia, se ha ido a pique.  

El paraíso está allá donde estemos, al cual hay que tratar con las concretas dolencias a propósito de su necesidad: enfrentarnos a nuestro medio, pero no abandonarlo por imposible, porque se puede tener una visión ecológica de las urbes y metrópolis. Una nueva concepción del urbanismo, de la planificación estructural y natural que no dé en simples “resorts” sino en la debida simbiosis naturaleza/urbano que no nos haga desvivir una vida que, si se mira bien en este sentido, parece más justa y conveniente. En Soria se ha hecho, por parte de las instancias municipales, una apuesta, en gran medida exitosa, por el tema. El entorno del río y de parques, es acertado, aunque luego, existan puntos conflictivos en cuanto a modelos industrialistas en el hábitat o en la estructura capitalina que, como no somos por ahora tontos, podemos tratar. Un ejemplo es el del cuidado de nuestro patrimonio natural, como se viene dando con el asunto del Cerro de los Moros que es algo sobre todo emblemático, o como el asunto del PEMA de Garray.

Hemos aprendido los ciudadanos a no aplicar de forma impositiva y por inercia el “desarrollismo industrialista” que llevan los políticos debajo de la gorra que, a veces, parece una piedra.

Fdo: Juana Largo

Te puede interesar
Opinión

Ubi sunt los salvadores rurales?

13-10-2025 19:51
Opinión

Igualdad de armas y ¿subsanación posible, o no?

13-10-2025 15:59
Opinión

Los homenajes a Machado ….. y el cerro de los Moros

13-10-2025 08:24
Opinión

Un mundo sin calor de hogar, es como un cuerpo sin alma

12-10-2025 08:59
El MIRÓN de SORIA

(c) 2023 - El Mirón de Soria
Juan Carlos Hervás Hernández
Soria - España

  • Aviso Legal
  • Política de Cookies
  • Política de privacidad