Más compromiso y medidas contra la despoblación
EL DEBATE ABIERTO sobre el futuro del Estado autonómico debe abordar como una cuestión prioritaria la ordenación y vertebración del territorio para evitar los contrastes de población que los años de bonanza económica han incentivado.
Soria, como otras provincias de interior, lleva esperando demasiado tiempo soluciones para una despoblación que se convierte en su verdadera condena. Lo grave es que en tres décadas de Constitución no haya existido una política estatal global y permanente para afrontar eficazmente este problema. Ni los fondos de la Unión Europa han sido suficientemente bien dirigidos, ni las decisiones que se han tomado desde el ámbito local han sido siempre acertadas. A nadie le quedan hoy dudas que España no se puede permitir tener grandes espacios territoriales sin vida, por lo que plantear soluciones, dotarlas económicamente y ejecutarlas es de obligado cumplimiento. La economía y la política van de la mano en muchas ocasiones; la inversión y el consiguiente desarrollo económico van ligados a determinadas medidas políticas, como sucedió con la creación de algunos polos de desarrollo en las décadas de los 60 y 70. La interrelación entre la dinámica demográfica regresiva y el desarrollo económico en la España interior -y con ella Soria a la cabeza- es un circulo vicioso que conviene romper de una vez con voluntad política y financiación, llegue esta desde Europa, Valladolid o Madrid. Sentar las bases para generar oportunidades en el territorio debe ser un objetivo común e inaplazable, por ser la única alternativa para cambiar esta perniciosa tendencia.