AECC: el Covid 19 provoca emergencia en cáncer
La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 está provocando una situación de emergencia en cáncer.
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El coronavirus está provocando un impacto económico-laboral, sanitario, psicológico y científico en una población ya de por sí vulnerable.
Esta es la alerta que ha lanzado este miércoles la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) a la vista de los primeros datos de demanda de ayudas sociales y del estudio “Malestar psicológico en pacientes de cáncer durante el confinamiento del COVID-19”.
Posibles aplazamientos en los tratamientos, retrasos en las pruebas, consecuencias del confinamiento y la paralización del país para ganar al COVID-19 están provocando una emergencia en cáncer de la que la AECC alerta para estar preparados y hacerle frente.
Esta alerta, se le ha hecho llegar al Gobierno de España y a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica con el objetivo de que se tenga en cuenta la situación de la vulnerabilidad de esta población, se diseñen medidas ajustadas a sus necesidades y se proteja a las familias con cáncer.
Para ello, la AECC se ha puesto a disposición tanto del Gobierno como de la Comisión para ayudar en todo lo necesario.
Durante el desarrollo de la European Week Against Cancer (EWAC), la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha hecho este llamamiento y presentado el primer informe que revela que más del 34 por ciento de las personas con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante este confinamiento.
Pero además, la AECC prevé que, a esta emergencia psicológica, se añada también otra social, científica y sanitaria.
El COVID-19 ha destruido más de 816.000 empleos en sus dos primeros meses en España.
Este dato, sumado a que se han duplicado las demandas de ayuda con respecto al mismo período del año anterior, hacen prever un escenario de emergencia económica y laboral nunca visto hasta el momento.
En otro orden de cosas, el estudio realizado por el Observatorio del cáncer de la AECC durante el confinamiento a más de 2.000 personas diagnosticadas de cáncer en España ha tenido como objetivo determinar la prevalencia de trastornos psicológicos en estos en pacientes y los factores que influyen en su aparición, así como, en segunda estancia, poder determinar los programas de intervención y soporte más necesarios para ayudar a este grupo de riesgo.
Una de las principales conclusiones que se extrae del estudio es que las personas con cáncer se muestran bastante más preocupadas por la pandemia (el 67 por ciento) que la población española en general (59%).
Entre las preocupaciones más habituales de los pacientes están el riesgo de infección por COVID-19, las posibles complicaciones por la inmunodepresión cuando se encuentran en tratamiento o los problemas en la capacidad sanitaria para prestar una atención adecuada que pudiera interferir con el tratamiento óptimo de su enfermedad.
La Escala de Malestar Psicológico de Kessler K-6, utilizada como instrumento de medición, ha revelado que el 34,3% de la población con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante el confinamiento.
Mientras que, un cuestionario psicosocial complementario ha permitido conocer las diferentes variables asociadas a dichos trastornos psicológicos:
- El empeoramiento de la situación económica de la unidad familiar como consecuencia de la situación de confinamiento. Cuanto mayor ha sido este empeoramiento y cuanto menor es la renta mensual neta de los encuestados, mayor es el nivel de malestar psicológico.
- La contaminación informativa y la gestión de la información demuestra ser otro de los principales factores relacionados con el malestar psicológico. Las personas que sufren la enfermedad que son capaces de desconectar del flujo informativo constante sobre el coronavirus, tienen menor malestar psicológico que las que no son capaces de desconectar.
- El miedo al contagio (propio o de los seres queridos) y la preocupación específica por el coronavirus están relacionados también con el malestar psicológico.
- Los retrasos en las pruebas provocados por la pandemia se relacionan en mayor medida con el malestar psicológico que los retrasos en los tratamientos oncológicos. Se aprecia un mayor malestar psicológico durante el primer año tras el diagnóstico de la enfermedad, de lo que infiere que hay mayor preocupación en las personas recién diagnosticadas o en tratamiento activo.
- La edad del paciente es otro elemento que influye en los niveles de malestar clínicos presentados. Cuanto más joven es el paciente, mayor es el malestar que presenta.
Así, el informe revela que los pacientes más susceptibles a padecer trastornos de ansiedad y depresión son aquellos adultos de entre 18 y 24 años, recién diagnosticados, en situación de desempleo o con ingresos inferiores a los 1.100 euros, y con dificultad para gestionar la información en el contexto de la Covid-19.
El estudio contará con una segunda fase, dentro de seis meses, que evaluará y comparará los resultados obtenidos con la presencia de estrés postraumático y variables asociadas en las personas con cáncer, una vez acabe el confinamiento.