TRIBUNA / Recuperar la dignidad de España
Amalio de Marichalar reclama en este artículo de opinión recuperar la dignidad de España, tras los acontecimientos vividos esta semana en Ceuta. Reclama al presidente del Gobierno que cese a sus socios que atacan visceralmente a España, en el mismo momento que Marruecos ataca Ceuta.
Sánchez: "Nuestros pueblos deben ser territorios de esperanza"
Sánchez sueña la España de 2050
TRIBUNA / Recuperar la dignidad de España
Es tiempo de recuperar la dignidad y la seriedad de una gran nación, como es España, tan mancillada en estos últimos años.
Lo ocurrido en Ceuta es algo gravísimo, pero también lo ocurrido en Canarias que con un formato diferido ha recibido casi veinte mil personas ilegales, así como el permanente goteo en las costas de la península.
Lo ocurrido en Ceuta "evidencia un desafío de un tercer país, Marruecos", "una crisis con Marruecos inédita", en palabras del presidente del Gobierno, pero también lo es lo ocurrido en Canarias, y los intereses existentes detrás, de los que nos vamos enterando, salvo que lo de Ceuta es ya la gota que colma el vaso por su dimensión, en proporción a los habitantes de Ceuta, y desde luego por la repentina aparición por todas las calles y de golpe, de una sobrepoblacion que asusta al más precavido, multiplica el problema sanitario y de seguridad, y en cuestión solo de un día.
Eso también ha ocurrido en Canarias, aunque diferido en muchos más días ... . Mi solidaridad más profunda con todos sus habitantes, los de todos los lugares que sufren este injusto trato, sin que sean la principal preocupación del gobierno, como debiera, y nada tiene que ver todo ello, lógicamente, con la acogida legal y bien justificada.
Hay que recordar que en diciembre se suspendió una visita de alto nivel a Marruecos y se aplazó a febrero. Hasta hoy no hemos sabido los españoles nada más de ello.
Independientemente de los errores diplomáticos ya desde la ausencia de la visita de cortesía previa, y no digamos la poca diplomacia, inspirada solo en intereses personales del vicepresidente, hoy ya fuera del Gobierno, hasta los últimos acontecimientos.... repito, independientemente de todo ello, hay que pensar antes de nada en España. Llegados a esta situación tan delicada, me uno al apoyo pleno al gobierno para dar estricto cumplimiento a la declaración institucional de defensa absoluta de la unidad territorial de la nación y la defensa estricta y sin peros de sus fronteras. Y por supuesto, estando ahí la clave, a la puesta en práctica inmediata de todas las medidas para cumplir sin interpretación alguna todo ello.
Es una situación de extraordinaria gravedad, provocada inamistosamente por Marruecos y de consecuencias imprevisibles.
Dicho lo anterior, precisamente por esta extraordinaria situación, se requiere también, simultáneamente, de la adopción urgente de medidas extraordinarias, y de máxima expresión de patriotismo y defensa de los intereses de España, y de todos los españoles. De forma extraordinaria e inmediata.
Es tiempo, por tanto, dada, repito, esta extraordinaria situación de máximo interés y urgencia nacional, cambiar las directrices y los socios malignos del gobierno dado un interés superior, y como se haría en cualquier nación europea - si bien allí no existen socios de gobiernos que quieran destruir sus propias naciones -, con un peligro semejante.
Definitivamente, y por máximo interés nacional, no querer seguir por unos derroteros que nos debilitan y mucho, e independientemente de egoísmos de partido o propios, que a todas luces han quedado en evidencia, por los hechos. Ya no caben interpretaciones de parte. Es la sociedad la que demanda a gritos todo ello y como ha quedado constatado, insisto, independientemente de sesgos ideológicos, tanto aquí, como en toda Europa.
Otras naciones así lo hacen y por hechos que suceden de mucho menor calado. Nada que ver. Desde luego ninguna con el chantaje de delincuentes y destructores de signo variado de la nación.
Ha llegado el momento de elegir nuevos socios de Gobierno, y que sean creíbles, y leales, pero no los actuales. Esto son hechos incontestables tan visibles y demostrativos del fracaso, que no dejan milímetro a la duda.
Nadie puede gobernar un barco que tiene que llegar a un puerto seguro, si en la travesía se abren constantemente vías de agua por parte de la tripulación y menos podrá entenderse que en el fragor de grandes y peligrosos temporales, la navegación siga sufriendo nuevas vías de agua expresamente abiertas y que además en vez de protegerse arriando las velas, hay quien desobedece lo obvio y las mantiene para que el huracán termine por rasgarlas y empujar la nave a la deriva ingobernable, y pronta al choque inevitable con el arrecife, o el escollo invisible.
Esta es la situación real en España y cualquier interés extranjero descubre inmediatamente esta certidumbre, aprovechando entonces la oportunidad de avanzar en sus intereses, sin contar con el equilibrio necesario de quien defiende con fortaleza los propios.
Desgraciadamente, Ceuta nos enseña hechos y hechos tan graves que requieren de ese cambio de paradigma inmediato, como el descrito o similar a el, con la fórmula de aplicación que se requiera, a partir del cambio de socios de gobierno que es lo indispensable. Se podrán seguir dos años más pero con esta reformulación, se podrá hacer un gobierno de concentración, se podrá convocar elecciones... lo que sea, pero se requiere una vuelta rapidísima a la solidez de una nación y a la seriedad que ha de transmitir para ganarse el mínimo respeto internacional, del que carecemos en esta momento, lo cual nos pone en una situación dificilísima de cara a nuestros intereses, los de todos los españoles, máxime en un momento de crisis sanitaria, social, laboral y económica sin precedentes, como en la que estamos.
Nadie en Europa y en el resto del mundo civilizando podrá comprender otra actuación que no sea esta, pues estamos en la mira desde hace mucho tiempo como gobierno que nadie moderno entiende y ninguna democracia avanzada consiente.
Ha de comprenderse todo esto ya, en un mínimo acuerdo de supervivencia, muy por encima de ideologías de un lado o del otro, y por supuesto muy por encima de los intereses personales o de partido de cualquiera. La sociedad civil española, si la mala praxis política no lo sabe abordar, habrá de exigir y exigimos, que en situaciones de esta naturaleza, priman exclusivamente los intereses y el bien común del conjunto de los españoles y no de quien quiere aferrarse fallidamente al poder en un atril de madera carcomida, y sin saber abordar las legítimas necesidades de España.
En definitiva ha de apoyarse sin duda, cerrando filas, al Gobierno de la nación en una crisis de enorme gravedad, donde está en peligro la integridad de la nación, y en paralelo, aunque parece algo insólito y de locura tener que hablar de ello, exigiendo al gobierno que sobre la marcha, sin excusas, y en simultáneo, renuncie a quien quiere destruir la nación desde su propio seno. Jamás creí que tuviera que decir esto, pero los hechos nos describen y nos descubren a todos esta intersección de caminos, a los que no pueden darse crédito, lo comprendo, pero que son tan reales, que nos desnudan ante los ojos de Europa y de todo el mundo civilizado.
Le pedimos por tanto al Gobierno, que por primera vez, y por una vez, ante una crisis de una envergadura enorme, sepa ser Gobierno de la nación española, y por tanto de todos los españoles, sepa tener la seriedad y rigor imprescindible, sepa dar un paso de necesaria excepcionalidad ante la encrucijada, sepa prescindir de inmediato se sus socios que trabajan sólo para destruir España y la constitución, ya que hoy mismo han dicho que quieren "culminar la independencia", si, hoy mismo - parece una película de miedo y ficción, el mismísimo ataque que hace Marruecos -, y de inmediato se una a quien quiere defender la nación y la constitución. No se pueden encontrar palabras para poder describir en un mismo día querer atacar a la nación y su soberanía desde Marruecos y atacar a la nación y su soberanía desde quien está en vísperas de ser presidente de la Generalidad de Cataluña, que es la misma e igual parte de la nación que Ceuta . Todo el mismo día.
El presidente del Gobierno mañana mismo ha de defender definitivamente con hechos - no sólo hacer una declaración institucional -, la plena soberanía de España interna y externamente cesando fulminantemente a todos sus socios. La unidad e integridad de España y su plena soberanía, ante el grave ataque exterior, y también interior, lo exigen en este segundo histórico que estamos viviendo de forma inmediata, e irreversible. Así es como legítimamente todos hemos de cerrar filas muy por encima de cualquier pensamiento. España es lo primero. No hay más tiempo. Gane el presidente del Gobierno el apoyo de todos, mostrando firmemente sin disfraces en este tiempo tan grave la defensa de la soberanía de España en Ceuta y la defensa de la soberanía de España en todo el resto de nuestra nación. Sea leal con la soberanía de la nación, pero con toda ella, para pedir la misma lealtad ante un ataque exterior. Es de lógica de párvulos. Sea leal con España, hoy no lo es, y sin dudarlo, así, todos lo seremos.
No hay otro camino y la dignidad de los españoles se lo exigen.
Aún con todo lo gravísimo de ello, aún así, si no lo hace, si no rectifica, los españoles seremos por encima de su voluntad leales siempre a España, y a los valores imperecederos de nuestra patria.
Fdo: Amalio de Marichalar. Conde de Ripalda