Más de 500 hectáreas de plantaciones truferas desde 2016
Las ayudas de la Junta a la plantación de truferas, desde 2016, han permitido plantar más de 500 hectáras en Castilla y León.
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En agosto de 2016 y en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León 2014-2022, la Junta de Castilla y León puso en marcha una línea de ayudas de carácter eminentemente forestal, destinada al fomento de plantaciones de especies con producciones forestales de alto valor, cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).
En el próximo periodo de programación de la PAC (PEPAC 2023-2027) las ayudas financiaran el 65 % (en el anterior periodo fue del 40 %) de los importes unitarios establecidos para las diferentes labores, incluyendo la memoria técnica, la preparación del terreno, la adquisición de plantas, la plantación propiamente dicha, la adquisición e instalación de protectores, así como los cerramientos perimetrales de protección contra el ganado o la fauna silvestre.
Hasta el momento se han realizado cuatro convocatorias.
Se han concedido por tanto 130 expedientes, con una superficie plantada total de 555 hectáreas y una superficie media por expediente de 4 hectáreas.
La calidad de la planta es decisiva para el éxito de la plantación.
Las plantas de una o dos savias, deben ser equilibradas, tener la raíz sin deformaciones, con más de 1000 ápices funcionales y estar bien endurecidos.
La trufa negra de invierno, denominada Tuber melanosporum, es una exquisitez gastronómica de la cuenca mediterránea, de intenso sabor, que crece en los suelos pobres de la península Ibérica, micorrizando las raíces de diversas especies del género Quercus, como la encina, el quejigo o la coscoja, y en menor medida en otras especies como el avellano.
España ha desbancado a Francia como primer productor mundial de esta trufa y con una producción en 2023 que supera las 100 toneladas y de la que se exporta el 80%, aporta ya el 60% de la producción mundial.
Aunque las plantaciones tienen un periodo de carencia de 7 a 12 años, en los que la producción de las plantaciones es muy escasa, esta se mantiene durante más de 30 años, alcanzando producciones medias variables entre 20 y 50 kg/ha, lo que lo hace de la trufa un cultivo muy rentable en suelos bastante pobres, con escasas alternativas.
Podrán ser beneficiarios de esta línea de ayuda tanto personas físicas como personas jurídicas públicas o privadas, a quienes se les podrá conceder la ayuda en función de la puntuación que obtengan atendiendo a los criterios de valoración que se recogerán en las bases reguladoras de las mismas.
El importe máximo de la ayuda por hectárea plantada puede llegar a 8.000 euros.