La Junta actualiza censo de aves acuáticas en Castilla y León
La Junta de Castilla y León ha actualizado el censo para conocer el estado de conservación de las especies de aves acuáticas invernantes en la Comunidad.
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Un total de 67.408 aves acuáticas pertenecientes a 58 especies han invernado en las 379 localidades muestreadas en el anterior censo realizado en enero de 2023, aproximadamente un 17 por ciento más del número medio de ejemplares detectados en los últimos cinco años (57.324 aves para el periodo 2018-2022).
Las principales zonas húmedas por provincia donde se concentraron casi la mitad de los ejemplares detectados fueron: las Lagunas de Villafáfila (Zamora) con 10.214 aves; las Lagunas de La Nava, Boada y Pedraza en Tierra de Campos (Palencia), con 8.248 aves; el azud de Riolobos (Salamanca), con 7.339 aves; la Laguna del Hoyo en El Oso (Ávila), con 2.499 aves; la balsa de Santa Cristina (León), con 1.614 aves; el embalse del Ebro (Burgos), con 1.320 aves; la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño (Valladolid), con 515 aves; el embalse de Cuerda del Pozo (Soria), con 417 aves, y el de Linares del Arroyo (Segovia), con 273 aves.
Por especies, el ánade azulón (23.460 ejemplares), la cerceta común (6.741 ejemplares), el chorlito dorado europeo (6.586 ejemplares), la avefría europea (6.732 ejemplares), la gaviota sombría (3.497 ejemplares), el ánsar común (3.044 ejemplares) y la grulla común (3.038 ejemplares) fueron las especies más abundantes, con más del 78 % de las aves detectadas. Además, se detectaron especies más escasas durante el periodo invernal, como el águila pescadora (un ejemplar), la espátula común (ocho) o el flamenco común (cuatro ejemplares).
El análisis de la tendencia general de la población invernante de aves acuáticas en la Comunidad es negativo en los últimos años.
En el territorio de Castilla y León se concentraban más de 100.000 aves acuáticas invernantes hasta el año 2011, pero estos valores han ido en descenso hasta llegar al mínimo de 60.000 ejemplares en el censo realizado en el año 2022.
Esta fuerte caída está motivada principalmente por la reducción de la población invernante de ánsar común, que ha pasado de un máximo de 65.823 ejemplares en el año 2006 a 3.044 aves en el censo realizado el año pasado. Este descenso en el tamaño poblacional es debido a que han acortado sus desplazamientos migratorios y, actualmente, sus zonas de invernada se localizan en áreas del centro y norte de Europa, mucho más cercanas a sus zonas de reproducción. Sin embargo, hay otras especies que muestran una tendencia positiva en el número de ejemplares que pasan el invierno en Castilla y León, como son el tarro blanco o la garceta grande.