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A enemigo que huye puente de plata

Fernando Sáenz Ridruejo resalta en este artículo de opinión la equivocación que supone obstaculizar el nombramiento de la ministra Teresa Ribera como comisaria europea, cuando su negligente gestión en España ha colaborado en la catástrofe de la ríada en Valencia.

A enemigo que huye puente de plata

Durante los años cincuenta y sesenta tuvimos en Soria, un Gobernador civil cuya funesta gestión exasperó a los sorianos, que pidieron inútilmente su destitución. Pero el gobernador, asturiano y amigo de doña Carmen Polo de Franco era intocable, y aquí se quedó. De haber sido más listos, hubiéramos alabado su labor para que lo ascendiesen a Madrid, Barcelona u otra provincia importante.

Se equivocan ahora los partidos que tratan de evitar que doña Teresa Ribera pase a ocupar un alto cargo en la UE. Doña Teresa ha sido muy dañina en España y lo será seguramente en Europa; pero, teniendo que repartir su ecologismo radical entre 27 países, allí, desde la distancia, nos hará menos daño.

La señora Ribera está al frente del ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuya estructura está definida en un Real de Decreto de 36 densas páginas, de ampulosa prosa jurídica. Ahí proliferan las Secretarías de Estado y otros organismos de pomposo nombre - como el Comisionado para las Energías Renovables, Hidrógeno y Almacenamiento - y muchas, muchas, Direcciones Generales de abundantes y a veces contrapuestas competencias. Lo remata un montón de disposiciones adicionales, transitorias, derogatorias y finales.

Probablemente, la ministra no ha tenido tiempo de leérselo; ella está centrada en la transición ecológica. Tampoco le habrá explicado nadie que el reto demográfico no consiste en impulsar el abandono del campo sino en evitarlo. Los lobos, reimplantados en nombre de la biodiversidad, atacan a las ovejas; pero los ganaderos se exponen a ir a la cárcel si, en defensa propia, matan un lobo. Toda la minería es nefasta y la extracción de minerales valiosos como el litio, que pudiera dar trabajo en muchas comarcas, debe ser prohibida. Del petróleo ni hablemos, que lo extraigan los rusos, los árabes o los venezolanos y nos lo vendan. Las centrales nucleares se deban cerrar, aunque en Europa estén construyendo otras nuevas...

Hay negacionistas que niegan el cambio climático y otros, más culpables, que sabiendo que existe y que las danas serán más frecuentes y más dañinas, se niegan a tomar medidas preventivas para paliar sus efectos. Las antes llamadas “gotas frías” han existido siempre en Levante, y sus efectos se han mitigado con obras de contención, encauzamiento o desvío, con limpieza de los cauces y con prohibición de edificar en zonas inundables. Ahora van a ser más intensas y se van a necesitar más obras. Las obras hechas en la cuenca del Segura por los gobiernos de Felipe González están siendo eficaces y deberían servir de ejemplo.

Una vez que se producen las riadas, los avisos son necesarios y pueden limitar el número de víctimas; pero no evitarlas. Unos ciudadanos que reciban, sin más instrucciones, un aviso en su móvil, decidirán quedar en sus casas donde tal vez perezcan ahogados y otros que huyan en coche pueden caer por un puente que, cegado por la broza y los desperdicios, acabe de derrumbarse.

Las autoridades de la Comunidad Valenciana han fallado durante quince días; la señora Ribera no ha fallado porque tenía que preparar su examen en Bruselas, cosa más importante para ella. Ella y su equipo han fallado durante los seis años en que no han hecho nada, han paralizado los proyectos en curso y han cortado las inversiones. Si algo ha minimizado los daños en el río Magro ha sido la presa de Forata y a Valencia la ha salvado el desvío del cauce del Turia que, mira por donde, se hicieron durante la dictadura.

Váyase en buena hora doña Teresa a Europa. Afortunadamente, ahora el presidente del Gobierno se pondrá al frente de la manifestación y, muerto el burro la cebada al rabo, anunciará con solemnidad la construcción de un sin fin de obras que hasta antes de ayer eran consideradas franquistas y perjudiciales para el medio ambiente.

Fdo: Fernando Sáenz Ridruejo

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