50 aniversario de muerte de Venerable Madre Clara
El convento de Santo Domingo, de Soria, celebrará el próximo 22 de enero una misa en memoria del cincuenta aniversario de la muerte de la Venerable Madre Clara.
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La eucaristía, que comenzará a las diez y media de la mañana, será presidida por el arzobispo de Pamplona-Tudela, Francisco Pérez González.
Además asistirá el vice-postulador de la causa de la Venerable, DFernando Sastre, así como otras hermanas clarisas de la Federación.
Juana de la Concepción Sánchez García nació el 14 de febrero de 1902 en Torre de Cameros (La Rioja) y a la edad de dos años, la familia se trasladó a Rebollar (Soria).
Con 20 años ingresó en el monasterio de Clarisas de Soria y cambió su nombre por el de Sor Clara de la Concepción.
Fue destinada a diversos oficios, realizados siempre con alegría y humildad, como sacristana, destacando por su delicadeza y amor por las cosas del Señor, ropera, ecónoma, tornera y vicaria.
Durante 17 años ejerció el servicio de abadesa, mostrándose como una madre solícita y ejerciendo el gobierno con alegría, humildad y sabiduría. Con la ayuda del Señor consiguió una profunda renovación de la vida espiritual de su comunidad en clave evangélica y franciscana.
Enamorada del carisma de la que se llamó “plantita de Nuestro Padre San Francisco” logró que la comunidad volviera a la observancia prístina de la Regla de Santa Clara, renunciando a dispensas y glosas que la habían asfixiado desde siglos pasados (como rentas y patrimonio), y esto antes del Concilio Vaticano II.
Sus frutos pronto comenzaron a ser visibles con la bendición de vocaciones, que hasta hoy hacen de las Hermanas de este monasterio una comunidad dinámica y floreciente.
En abril de 2014 el Papa Francisco promulgó el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Sor Clara de la Concepción, declarándola venerable, y permitiendo el desarrollo del proceso hacia el siguiente paso, la beatificación.
Las Clarisas de Soria afirman que Madre Clara sigue siendo hoy para ellas un pilar de la comunidad, que se esfuerza por vivir sus ideales, que no son otros que los vividos por San Francisco y Santa Clara, y transmitirlos a las nuevas generaciones de Clarisas.