Soria revive la trashumancia
Soria revive esta fin de semana el sabor de la trashumancia, una de sus señas de identidad durante siglos, con el retorno de un ganado trashumante desde los pastos de invierno, en tierras extremeñas, a los de verano, en la comarca soriana de Tierras Altas.
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Una veintena de turistas siguen a pie, desde hoy y hasta el domingo, los pasos del ganado merino hasta el pueblo de Oncala, en Tierras Altas, donde el domingo conocerán de primera mano lo que significa este duro oficio que camina hacia su desaparición por falta de relevo generacional.
Arrear al rebaño, guiarlo por los senderos, pernoctar en tiendas de campaña junto al ganado y comer con el pastor las delicias gastronómicas de la zona son algunas de las actividades que tienen en el programa turístico diseñado por la Mancomunidad de Tierras Altas y que podrán realizar durante el recorrido por la Cañada Soriana Oriental, tras iniciar el camino a primera hora de hoy junto a la estación ferroviaria de El Cañuelo y atravesar la ciudad de Soria.
La técnico de Empleo y Desarrollo Local de la misma, Raquel Soria, ha explicado que el objetivo de este turismo vivencial que cumple su décimo segunda es poner en valor la esencia de Tierras Altas, una zona que no se entiende sin la trashumancia y el peso que tuvo el ganado merino, y facilitar a los turistas que conozcan a los últimos pastores trashumantes.
Soria ha subrayado que la trashumancia aporta muchos beneficios a la sostenibilidad medioambiental y social, ahora que se habla tanto de economía circular y de modificar el actual modelo productivo.
“Parece contradictorio que la trashumancia pueda estar en peligro de extinción, cuando debería estar de moda. Está muy alineada con los objetivos ODS. También pasa con la ganadería en general; habría que socializar un poco esta actividad, a través de nuevas tecnologías, para hacer más fácil la vida del pastor”, ha reclamado.
El domingo se constituirá la asociación Huella Trashumante, una red de territorios por la trashumancia, con el objetivo “de que nos oigan en las administraciones y sensibilizar a toda la población de una actividad como la trashumancia”.
Soria ha subrayado la calidad que tienen los corderos que crían los pastores trashumantes y sin embargo tienen el mismo precio, por lo que ha abogado, entre otras medidas, por crear una marca de calidad.
La red se presentará a la convocatoria de ayudas de turismo España, y ésta exige que se vaya por los menos agrupados con tres comunidades autónomas.
La Mancomunidad, que lleva 12 años con su producto “Somos Trashumantes”, ha reconocido que hay otros territorios en España donde este fenómeno ganadero también es muy importante y están realizando actividades enfocadas al turismo.
Soria ha señalado que en la provincia se ha sido más respetuoso con las veredas y cañadas que en otros territorios y ha apuntado que éstas podrían tener otra utilidad, no sólo el paso del ganado, como rutas para transitar y disfrutar del paisaje y su patrimonio.
La constitución de la red nacional busca reivindicar la trashumancia en todos los aspectos y pueda adherirse cualquiera que tenga vinculación.
Rebaño trashumante
El millar de ovejas que han iniciado esta mañana su recorrido trashumante en Soria han llegado en camiones desde Trujillo (Cáceres) y llegarán el domingo a Oncala, donde se celebrará la fiesta de la trashumancia.
Ricardo, José Mari y Basilio Pérez, tres hermanos de Navabellida, son los pastores trashumantes que este año conducen el ganado.
El otro pastor de Tierras Altas es Eduardo del Rincón, de Los Campos, que llega desde Brazatorta (Ciudad Real)
Antaño, los pastores empleaban una treintena de días para conducir sus rebaños, apie, desde Tierras Altas hasta los extremos del sur.
Ricardo Pérez, pastor trashumante, lleva toda la vida con este oficio en el que es una generación familiar más, que se remonta al siglo XVII.
Ricardo ha reconocido que no tiene relevo para seguir con un oficio duro y esclavo.
“No tenemos ningún privilegio por ser trashumantes. Se acuerdan de la trashumancia el día de la fiesta. Hay mucho problema burocrático; para moverte de una región a otra, hay muchos problemas… vacunas, saneamientos. Para la gente nueva, es esclavo. Quedamos pocos trashumantes, pero los pocos acaban con nosotros”, ha asegurado.
Ricardo ha recordado que la trashumancia ha sido un fenómeno ganadero que ha sido fundamental en la historia, desde la época de la Mesta.
Cuando no se utilizaba el tren o los camiones, el pastor está expuesto a las inclemencias meteorológicas. Había días de agua, o de frío. Y se dormía al raso. En las yeguas se llevaba todo el equipaje. Un caldero servía para hacer comida en el camino.
“Las migas ahora se hacen como un acontecimiento. Pero entonces era un plato necesario: era una comida contundente. Se comían un buen plato de migas por la mañana, unos torreznos, si los había, y al mediodía lo mismo. Y por la noche se hacía unas patatas con arroz”, ha recordado.
Ricardo ha asegurado que el traslado del rebaño se realiza en camiones desde 1995, en el que quitaron los trenes.
“En la mayor parte de los sitios ya no hay cañadas, se las han comido los agricultores, o han edificado, o han hecho carreteras…”, ha apuntado.
En Soria, la cañada también se ha estrechado, por la expansión de los cultivos... En algunos sitios no hay ni 20 metros, cuando debía haber 75 metros.
Ricardo ha reconocido que ve complicado que la trashumancia consiga un relevo generacional, porque los jóvenes quieren ayudas y para la trashumancia no las hay. Además es un oficio esclavo. “Es un trabajo que te tiene que gustar. Aquí no hay sábados festivos ni domingos”, ha apuntado.
“Tiene que ser una persona que le guste el campo, la naturaleza y el ganado”, ha apuntado.
Para Ricardo, la trashumancia reporta beneficios por donde pasa. Antiguamente las ovejas eran mejores que los cortafuegos de hoy en día, porque limpiaban el monte y comían el pasto.
Fiesta trashumante
En Oncala se organizará el domingo la fiesta de la trashumancia con la recreación del viejo oficio de pastor, desde el conteo y separación del ganado hasta la degustación de migas pastoriles, pasando por una exhibición del hilado de la lana o un campeonato de esquileo.
La provincia de Soria llegó a tener 333.558 ovejas merinas en el siglo XVIII, según el Catastro del Marqués de la Ensenada, y estuvo a la cabeza en número de ganaderos trashumantes con 3.415. Hoy apenas quedan dos ganaderos trashumantes en Tierras Altas, cada uno con un rebaño de 1.200 ovejas.