Adjudicada adecuación de accesibilidad turística de torre del castillo de Magaña
La Mancomunidad de Tierras Altas de Soria ha adjudicado a Rehabisoria, por 332.000 euros, las obras de adecuación inicial de accesibilidad turística de la torre del homenaje del castillo de Magaña que están financiadas por el Gobierno de España a través del Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos La huella de la trashumancia.
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Este PSTD cuenta con un presupuesto cercano a los tres millones de euros.
Se enmarca dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno de España en el marco del componente 14, Inversión 1. Está financiado con fondos Next Generation EU.
La Plataforma de Contratación del Sector Público recoge la adjudicación de las obras en la torre del homenaje de este castillo por un importe de 331.522 euros a Rehabisoria, Rehabilitación y Construcción de Obras y Monumentos, S. L.
El plazo de ejecución será de seis meses.
El año 2015, el Ayuntamiento de Magaña, propietario del castillo, encargó la redacción de un Plan Director del edificio a Fernando Cobos Estudio Arquitectura S.L. quien desarrolló en cuatro tomos el análisis histórico, el levantamiento de planos, el análisis estratigráfico, las patologías, el análisis del paisaje.
Un trabajo que diseñó la hoja de ruta a seguir en las actuaciones que se realicen tanto en su estructura como en su uso futuro.
El año 2021 se concedió a la Mancomunidad de Tierras Altas el mencionado Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos La huella de la trashumancia entre cuyas actuaciones se recogía el acondicionamiento para uso turístico de esta fortaleza, debiendo ser estas inversiones asumibles según los fondos disponibles. Acometer la rehabilitación integral el castillo quedará pendiente de futuras ayudas.
Partiendo de estas premisas, desde la Mancomunidad de Tierras Altas se consideró que la actuación a realizar debía centrarse en la torre del homenaje por la relevancia del uso de esta parte de la fortaleza a lo largo del tiempo.
Es un elemento singular puesto que aglutina todas las fases históricas constructivas por las que ha pasado este recinto militar.
Atendiendo al estudio de viabilidad del Plan Director, la torre del homenaje es el mejor espacio recuperable de todo el conjunto y el coste de su rehabilitación se ajusta a la disponibilidad presupuestaria.
Dadas sus características de espacio cubierto y con fácil control de acceso se presta a poder acoger elementos de musealización o interpretación.
Los orígenes de este edificio nos hablan de una incierta torre de vigilancia musulmana del siglo X o una más probable torre de presura de mediados del siglo XI, en plena disputa entre los reinos navarro (al que perteneció en sus inicios) y castellano.
Ya en manos de esta corona, se tiene constancia de la reconstrucción de esta torre y la incorporación de un nuevo recinto fortificado en el último cuarto del siglo XII reinando Alfonso VIII.
Es muy probable que una nueva torre del homenaje, más ancha y de planta rectangular (frente a la de planta cuadrada anterior) y nuevas defensas se levantaran en el último cuarto del siglo XIV tras el duro asedio de Beltran de Duguesclin ante la resistencia de la villa al ser donada a este noble por Enrique II.
Esta construcción no superaba en altura la del recinto fortificado de ese momento. En torno a 1420 se recrecería la torre con un segundo cuerpo con materiales más pobre que los cuerpos primero y tercero de la misma.
Ya bajo la titularidad de Juan de Luna, a mediados de ese siglo XV, se produciría un segundo hecho relevante de esta construcción defensiva, dado que también se levantaron en altura el resto de muros de la fortaleza.
La última modificación importante realizada sobre la torre del homenaje se produjo en el siglo XVII cuando pasó al linaje de los Salcedo y el castillo de Magaña fue readaptado para uso doméstico. Su buena posición en la corte y las rentas proporcionadas por una amplia cabaña ganadera favorecieron el mantenimiento de esta fortaleza como símbolo de distinción de su estatus.
La obra obliga a modificar el acceso a la torre del homenaje y adosa las dependencias domésticas a esta, inutilizando su valor defensivo de último refugio. El nuevo tamaño de las ventanas y la poca altura respecto a la cota del suelo exterior de alguna de ellas nos hace pensar en una reforma tardía, ya no preocupada por la función defensiva de la fortaleza. Un terrible incendio en algún momento indeterminado entre finales del S. XIX y principios del XX, la ausencia de uso del edificio y el inexorable paso del tiempo lo han llevado a su estado actual.
Además de otros trabajos realizados a nivel general en el castillo, dos actuaciones a lo largo del S. XXI se han centrado en la torre del homenaje, concretamente trabajos de control y seguimiento arqueológico de las obras de vaciado y desescombro el año 2008 y la consolidación de esta construcción ese mismo año. Concretamente se retiró la vegetación adosada, se excavaron de manera manual los escombros en el interior de la torre bajo supervisión, arqueológica, se limpiaron y rejuntaron los paramentos interiores y exteriores y se consolidó una de las esquinas, el almenado y el paseo de ronda.
La torre tiene una planta rectangular de 9´4 metros por 8 metros de base y 17 metros de altura. En el interior se observan tres cuerpos que en su momento correspondieron con otras tantas estancias, rematado por un paseo de ronda almenado. También se ha constatado la existencia de un posible sótano que se usaría como zona de almacenamiento de víveres.
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